Y el esperpento continúa
En el día de ayer se conformaron las Cortes. En el Congreso de los Diputados, los nuevos fichajes del Estado han ofrecido su primera actuación, un esperpento presidido por un sosías de Valle-Inclán. La legislatura se abre con promesas de... nuevos ataques a los trabajadores.
Un día en el circo
Fue una sesión de juramentos y lealtades, una puesta en escena de la nueva temporada. Hicieron acto de presencia los representantes de Vox, la derechona ruidosa que nos promete más sesiones parlamentarias infumables. En clara señal de desafío, Santiago Abascal se sentó tras Pedro Sanchez. Mensaje: los miembros de Vox serán la «sombra patriótica» sobre «los traidores a España», el alboroto que se alce cada vez que se hable en lengua distinta del español (¿también el inglés?). Entre los patriotas de la rosa, los de la gaviota, los naranjas, los morados y ahora los aspirantes a escuderos del Cid, tenemos la dramaturgia asegurada. También han hecho acto de presencia los patriotas vascos y catalanes, los del lazo amarillo y los del tractor de Aitor, la imprescindibble pequeña burguesía nacionalista. Como es costumbre en el acto del juramento remarcaron el carácter de «imperativo legal» que tanto les entristece, hicieron loas a tierra patria y recuerdos a sus presos. Para que no faltara de nada, Junqueras y Jordi Sànchez se presentaron en esta sesión, recordando junto a sus compañeros la espina que tiene clavadita el aparato político español y a la que parece no saber dar una solución a largo plazo.
Los socialistas, por su parte, han mostrado su mayoría parlamentaria... insuficiente para los objetivos de la legislatura. Eso sí, han conseguido colocar a Meritxell Batet, del PSC, como Presidenta del Congreso de los Diputados. En su discurso ha hecho gala de patriotismo y argumentado lo fundamental del feminismo y el ecologismo para ese «patriotismo inclusivo y trasversal». Inclusivo de las aspirantes a burócratas y transversal a las distintas ideologías de un sistema que no tiene nada que ofrecernos.
La realidad es que están a la espera de los resultados de las municipales y autonómicas para poder poner en marcha los «objetivos de legislatura». Todo apunta a una victoria del PSOE, pero la verdad es que el aparato político español sigue débil. Ante la expectativa casi inmediata de un nuevo recrudecimiento de la crisis económica no tienen la mayoría absoluta de la que disfrutó el PP ante la última crisis y cualquier nuevo paquete de medidas draconianas puede ser secuestrado por nacionalistas e indepes en busca de bazas en su propio juego.
¿Qué «objetivos de legislatura»?
Más allá del espectáculo, la «agenda de progreso» presentada por Sánchez nos confirma el rumbo que la burguesía española quiere dar al estado durante el próximo año: empezar una nueva oleada precarizadora, dar los primeros pasos hacia el desmontaje del sistema de pensiones, asentar el feminismo como ideología de estado y conciliar mejor o peor, pero conciliar, con las pequeñas burguesías regionales.
- Un «nuevo pacto educativo»... ¿recuerdan que pasó tras cada uno de los anteriores?
- Un nuevo Estatuto de los trabajadores para amoldar la situación del mercado laboral a la «sociedad contemporánea»... es decir, más precarización.
- Reforma de las pensiones... y ya nos dio pistas de cómo: introduciendo el modelo de capitación de Pinochet como obligatorio en ciertos sectores... y «complementario», planteando además su cogestión con la banca.
- «Transición ecológica»... es decir impuestos más alto a combustibles y precios de transporte mayores para poder iniciar el camino de transferencias masivas a las industrias eléctricas y de automoción.
- Agenda feminista culminando en una ley de «igualdad en el mercado de trabajo» a medida de las «demandas de igualdad» entre hombres y mujeres de la pequeña burguesía corporativa y los consejos de grandes empresas. «Igualdad» que no contradirá ni por un segundo la precarización y el empobrecimiento de las nuevas cohortes de trabajadores, hombres y mujeres cuyos salarios siguen cayendo y consolidándose alrededor del salario mínimo.
- Integración de los jóvenes en el mercado de trabajo... es decir más y más precarización, aderezado con planes de acceso a la vivienda para jóvenes... de esas rentas «medias» inexistentes.
- Eutanasia y muerte digna... sin dejar que nadie se pregunte por un momento cómo casa el derecho al suicidio legal de los abuelos con encasquetar los costes de los tratamientos crónicos a unas familias trabajadoras que ya están asfixiadas.
- Reformas del estado autonómico... para apaciguar a la pequeña burguesía periférica y darle algo más que repartir a sus caciques locales
Esto no es lo que nos contaron
Las últimas elecciones vinieron precedidas de una presión mediática sin precedentes y una campaña que -contra todo principio de realidad- nos decía que de lo que se trataba era de evitar el triunfo de un fascismo ascendente supuestamente encarnado por Vox. Nunca un puñado de fachas neoliberales de toda la vida -que no fascistas- había dado tanto juego para movilizar y encuadrar «democráticamente». Pero la verdad es que, a día uno de la nueva legislatura, esto pinta muy distinto: Sánchez marca el camino socialdemócrata de ataque a las condiciones de vida y de trabajo y de Podemos a Vox, si encuentran peros es para animarle a hacerlo más contundentemente.