Vivienda y Green New Deal en los EEUU de Biden
Con la moratoria de los desahucios con fecha de caducidad a finales de junio, el gobierno Biden ha presentado un plan de vivienda asequible. Promete además eliminar la discriminación racial en la vivienda a base de eliminar las barreras a «la creación de riqueza» que sufre la pequeña burguesía negra. Pero unir vivienda y Green New Deal produce precios más altos, y cebar los negocios de la pequeña burguesía negra nunca eliminará la discriminación en el acceso a una casa.
Racismo y vivienda en los EEUU: una larga historia
Para presentar sus políticas de vivienda y Green New Deal Biden, en su discurso sobre la masacre racial de Tulsa Biden contó cómo el redlining, la práctica de negar servicios públicos a minorías para forzar la segregación, perjudicó a la comunidad negra. Curiosamente, no mencionó a Roosevelt ni una sola vez, a pesar de fue su gobierno el que puso en marcha esta política.
La Ley Nacional de Vivienda de 1934 fue una parte esencial del New Deal. Promocionada como un medio para hacer más asequible la vivienda, convirtió la segregación racial en la vivienda en una política nacional. Hasta ese momento, el partido demócrata había implementado la segregación racial estado por estado y a nivel local.
La Administración Nacional de la Vivienda (FHA), creada en 1934, fomentó los esfuerzos de segregación al negarse a asegurar hipotecas en los barrios afroamericanos y sus alrededores, una política conocida como redlining. Al mismo tiempo, la FHA subvencionaba a constructores que producían en masa subdivisiones enteras para blancos, con el requisito de que ninguna de las viviendas se vendiera a afroamericanos…
El término redlining ... viene del desarrollo por el New Deal, por el gobierno federal de mapas de cada área metropolitana en el país. Y esos mapas fueron codificados por colores primero por la Corporación de Préstamos para Propietarios de Viviendas y luego por la Administración Nacional de la Vivienda y luego adoptados por la Administración de Veteranos, y estos códigos de colores fueron diseñados para indicar dónde era seguro asegurar las hipotecas. Y dondequiera que los afroamericanos vivieran, dondequiera que los afroamericanos vivieran cerca, eran coloreados en rojo para indicar a los tasadores que estos barrios eran demasiado arriesgados para asegurar las hipotecas…
En una urbanización... en Detroit... la FHA no quiso seguir adelante, durante la Segunda Guerra Mundial, con esta urbanización a menos que el promotor construyera un muro de 6 pies de altura, un muro de cemento, que separara su urbanización de un barrio afroamericano cercano para asegurarse de que ningún afroamericano pudiera siquiera entrar en ese barrio.
El Manual de suscripción de la Administración Nacional de la Vivienda recomendaba utilizar las carreteras para separar los barrios afroamericanos de los blancos.
A 'Forgotten History' Of How The U.S. Government Segregated America
Es cierto que en la misma época en Europa o Argentina se comenzaban a aplicar medidas similares para implementar y reforzar la segregación urbana de los trabajadores: se descubría por ejemplo que las asimetría de equipamientos y las carreteras eran muy útiles para separar barrios obreros de zonas residenciales pequeñoburguesas... especialmente si no se construían puentes sobre ellas. Pero en EEUU, gracias a los demócratas, la Ley de 1934 tenía un elemento distintivo: primaba el racismo sobre el clasismo discriminando explícitamente a los llamados barrios negros, es decir, tanto a los barrios pobres como a los ricos con alta población negra.
Esta política, explícitamente racista, no salió de la nada. Desde la Gran Migración las inmobiliarias venían practicando la discriminación racial en nombre de la protección del valor de las propiedades. Y los demócratas llevaban años imponiendo la segregación racial tanto en el Sur... como en el Norte, donde la implementación de la segregación barrial fue pareja a la sistematización de la violencia y la absorción del lumpen por las estructuras policiales locales, ligadas a las redes clientelares demócratas.
En Europa esta política es presentada habitualmente como irracional desde el punto de vista capitalista... y por tanto ajena y contraria a los valores capitalistas. Es cierto que no faltaron negros perfectamente capaces de pagar los precios de las casas en los llamados barrios blancos. Pero el racismo tiene una función poderosa en cuanto al control social. El partido demócrata se basó en esta estrategia desde sus inicios como partido pro-esclavista. Tras la abolición de la esclavitud, implantó la segregación racial como forma de controlar a los trabajadores y de apaciguar a la pequeña burguesía anglosajona que exigía controlar a su competencia.
La segregación racial, por supuesto, no eliminó a la pequeña burguesía negra... pero supuso una barrera para su avance e incluso provocó la proletarización de muchos de sus miembros más precarios.
El New Deal no solo consistía en establecer un estado de bienestar. Se trataba de establecer la paz social. La paz social en Estados Unidos, por su particular historia y por la esencia misma del partido demócrata, no sólo dependía de los sindicatos... sino también de la segregación racial. Así que, aunque Roosevelt se presentaba a sí mismo como el primer demócrata que se alejó del racismo de su partido, en realidad fue el presidente que estableció la segregación racial en la vivienda a nivel nacional. Segregación en la vivienda y New Deal fueron tan inseparables como políticas racialistas de vivienda y Green New Deal van a ser ahora.
No sería hasta la Ley de Derechos Civiles de 1968 que se ilegalizaría la discriminación racial en la vivienda. Pero no basta con ilegalizar formalmente. Por ejemplo, es conocido cómo la segregación fue facilitada por la Ley Federal de Carreteras de 1956. El Movimiento por los Derechos Civiles, además, no impidió que más autopistas destruyeran los barrios con mayoría de población negra. Esta transformación de la infraestructura resultó además en un sistema de transporte público poco fiable y malo en todos los Estados Unidos... incluso en ciudades grandes como Miami.
El partido demócrata no se desengancha de la discriminación racial... ni para corregirla y aun menos cuando se unen vivienda y Green New Deal
La pequeña burguesía negra exige que se le garantice el ascenso social... una meta que resulta muy difícil sin una fuerte intervención del Estado en un capitalismo de capitales super-concentrados y ralentizado por la crisis. Por ello, el partido demócrata planea ayudarla a través de la intervención masiva del Estado... y promoviendo de nuevo la discriminación racial en el acceso a la vivienda…
A través de la legislación [Ley de Equidad de Pagos Iniciales de 2021], los compradores podrían recibir hasta 20.000 dólares de ayuda, o 25.000 dólares de ayuda si se califican como individuos social y económicamente desfavorecidos. Un individuo socialmente desfavorecido se define en la ley como aquel que ha sido objeto de prejuicios raciales o étnicos o de prejuicios culturales debido a su identidad como miembro de un grupo sin tener en cuenta sus cualidades individuales. Un individuo económicamente desfavorecido es aquel que cumple los requisitos de ingresos de la ley.
Con estas definiciones, cualquier individuo que se identifique como negro, hispano, asiático americano, nativo americano o cualquier combinación sería elegible. Los que no se identifiquen como miembros de esos grupos tendrán que cumplir los requisitos de ingresos del proyecto de ley para poder ser aptos.
Potential first-time home buyer program seeks to create equity in housing - The Washington Post
El gobierno también incentivará la integración de los vecindarios y duplicará la proporción de contratos federales que se destinan a las pequeñas empresas desfavorecidas, una categoría contemplada en la legislación federal a la que pertenecen las empresas de negros, latinos y otras minorías. Además, el gobierno Biden promete reducir la brecha de riqueza racial eliminando muchas restricciones de zonificación... pero debemos mirar más allá del lenguaje del racialismo para entender de qué va en realidad esta medida en particular.
Zonificación, vivienda y Green New Deal para la burguesía y la pequeña burguesía acomodada
Lo que en EEUU se conoce como zonificación es lo más parecido a los planes de ordenación urbana europeos. En principio debería ser el punto de encuentro de políticas de vivienda y Green New Deal. Estos planes exigen en determinados barrios tamaños mínimos de parcela y sólo permiten viviendas unifamiliares en terrenos residenciales. Según el racialismo, este tipo de normas exacerba la llamada brecha de riqueza racial -equivalente en su método de cálculo a la brecha de género- porque encarece la vivienda en los barrios emblemáticos de la pequeña burguesía.
Este argumento olvida que la burguesía y la pequeña burguesía de EEUU tiene no pocos miembros negros y que se han beneficiado durante mucho años del aumento de precios de sus viviendas unifamiliares. Y no es una cuestión de suburbio contra ciudad. Desde los años 90, la pobreza ha crecido más rápidamente en las urbanizaciones periurbanas que en las ciudades. Además, los barrios periféricos pobres, que carecen de las mencionadas normas de zonificación, tienen muchas veces más trabajadores blancos y latinos que negros.
Así que, ¿por qué presentarlo como una cuestión racial? Simplemente porque la pequeña burguesía negra está interesada en obtener un trozo de los beneficios que ofrece el Green New Deal a través de su impacto sobre la vivienda. Entiende que vivienda y Green New Deal son terrenos en los que puede apoyarse ahora para aumentar su participación en la explotación de la fuerza de trabajo estadounidense.
El gobierno de EEUU, al igual que Alemania y otros países europeos, entiende que tanto la masividad de las viviendas unifamiliares como el aislamiento de los barrios residenciales no encajan bien con las necesidades del Pacto Verde. Las políticas de vivienda y Green New Deal pasan por modelos mucho más concentrados... para la mayoría. Por eso, mientras la burguesía experimenta nuevos barrios de mansiones eco-sostenibles para su propio disfrute y especulación, como Bainbridge Island en Seattle, donde prohibir la zonificación no va a cambiar nada, a los trabajadores nos dicen que hay que redefinir el sueño americano.
Vivienda y Green New Deal para los trabajadores
Cuando hablan de vivienda y Green New Deal, nos dicen que deberíamos olvidarnos del viejo sueño de una gran casa con jardín y valla blanca... y en su lugar deberíamos pensar en el co-living, en viviendas compartidas con otras familias desconocidas, en complejos de apartamentos en barrios que antes estaban reservados sólo a viviendas unifamiliares, en un sistema eficiente de transporte público que funcione en las periferias urbanas y en casas unifamiliares más pequeñas.
Y es que en la práctica, la intersección de vivienda y Green New Deal significa:
- Reformar el sistema de transporte público para mejorar la movilidad laboral y resolver la escasez de mano de obra.
- La financiación por empresas como Amazon de las llamadas viviendas asequibles cerca de sus almacenes para poder disponer fácilmente de un suministro suficiente de mano de obra barata. Harán negocio con vivienda y Green New Deal al mismo tiempo.
- Derribar autopistas y reconstruir las ciudades para abrir más espacio a las inversiones, entre ellas los edificios de apartamentos de alta gama.
- Actualizar otras autopistas y promover los vehículos eléctricos, al tiempo que se recauda un impuesto sobre el kilometraje que se aplica tanto a los coches de gasolina como a los eléctricos. Por no hablar del impuesto sobre el carbono que aumentará los precios en general incluyendo la electricidad... y que, no necesita alcance nacional para imponerse ya en muchos estados del país.
- El retrofitting (rehabilitación energética) masivo de los edificios, incluidas las viviendas públicas. Se trata de una pata esencial de la política de vivienda y Green New Deal. Pero la rehabilitación, por supuesto, tiene un precio, es decir, aumentará los precios de las viviendas y los alquileres. Es una realidad confesada abiertamente incluso por los partidarios de la política, que prometen mitigar pero no impedir el efecto que el aumento de los costes tendrá sobre los residentes. Y si no podemos permitirnos ninguna de estas opciones asequibles, siempre podemos ¡dormir en autocaravanas, o en casas diminutas!
El plan de infraestructuras de Biden, al igual que todos los demás planes de infraestructuras de los capitales nacionales, promete un futuro mejor pero impulsa una transferencia masiva de renta del trabajo al capital. En lo que hace a vivienda y Green New Deal, no es diferente tampoco. La infraestructura que nos ofrecen no persigue la satisfacción de necesidades humanas... sino las necesidades del capital. Por eso, todas las promesas de Biden, incluyendo una mayor calidad de vida y el desmantelamiento del racismo, son solo envoltorios para las solución real que se persigue: exprimirnos aun más para animar una acumulación gripada.
Como saben que sus soluciones pasan por nuestro empobrecimiento, redoblan los esfuerzos precautorios para garantizar la paz social... no sólo a través de promesas sino sobre todo a través de la imposición de un racialismo que invisibiliza las necesidades de los trabajadores y que, en cambio, alienta a ciertas ramas de la pequeña burguesía a optar a su propio pedazo del nuevo flujo de rentas del trabajo al capital que se está poniendo en marcha.
Tras la fiesta para los capitales y las exuberancias ecológico-arquitectónicas de la pequeña burguesía, lo que viene es la confluencia de una nueva crisis de vivienda y Green New Deal sobre la gran mayoría de trabajadores.