El día en 3 temas vacuna de AstraZeneca, crisis política y asesinato de Sarah Everard
Tres temas marcan el comienzo de la semana: La vacuna de AstraZeneca, la crisis política en España y Alemania y las reacciones en Gran Bretaña al asesinato de Sarah Everard.
Temas de hoy
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Holanda suspende el uso de la vacuna de AstraZeneca
Holanda ha sido el último país en suspender el uso de la vacuna de AstraZeneca. Sigue a Irlanda, Austria, Dinamarca, Estonia, Lituana, Noruega, Islandia y Tailandia. En otros países -y en España en alguna comunidad autónoma- se retiró solamente una partida.
Lo llamativo es que los discursos a favor de seguir usando esta vacuna no se limitan a constatar la falta de informes que establezcan causalidad entre las muertes y su uso. Una y otra vez nos dicen que en cualquier caso el número de muertes que produciría no compensaría parar ahora. Vacunar con AstraZeneca incluso si tuviera riesgos para una pequeña parte de la población vacunada, generaría más bien que mal.
La cuestión una vez más es para qué se vacuna: para salvar vidas o para retomar la actividad económica (=acumulación) cuanto antes. En el primer caso, el riesgo de causar la muerte debería alarmarnos y mucho. En el segundo, unos cuantos cientos de muertes más pueden ponderarse con un retorno más rápido a la normarlidad.
Crisis política y recomposición del aparato político en España...
Semana de conspiraciones palaciegas y reoganización partidaria en España. La ruptura de la coalición de gobierno en Murcia con la presentación por C's de una moción de censura contra el gobierno del que formaba parte, se ha visto frustrada por un acuerdo agónico del presidente regional con transfugas del propio C's. Mientras, en Madrid, la presidenta reaccionó a la noticia murciana convocando por sorpresa elecciones.
Tanto en Murcia como en Madrid las encuestas auguran la desaparición de Ciudadanos como fuerza parlamentaria. Resumiendo: la jugada, propiciada desde Moncloa, le ha salido mal al gobierno que ahora tendrá que lidiar con un C's que marcará distancias para sobrevivir. El PP en cambio da el primer paso para absorber a C's y comienza, en palabras de su Secretario General, por la base, es decir, integrando uno a uno cuadros del partido que buscan rápida recolocación.
En realidad se trata del primer movimiento serio del PP, el partido de estado de la derecha, hacia la recomposición y absorción de las expresiones políticas de la revuelta pequeñoburguesa en su propio campo. El terreno se despeja... pero solo en parte.
Casado sigue lejos de poder deglutir a Vox. Las encuestas en Madrid muestran que la voxificación del discurso PP no le sirven para erosionar a su escisión ni para alinearlo con políticas estratégicas como el Pacto Verde. Su estrategia a partir de ahora calcará probablemente la de Sánchez con Podemos... pero no lo tiene fácil. Las encuestas demuestran que Vox tiene una base muy sólida y tenaz en su ira. Tenemos pequeñaburguesía dando espectáculo facha para rato.
...y en Alemania
Las elecciones regionales en Alemania empiezan a certificar el éxito de la estrategia de Merkel para recomponer el aparato político y prepararlo para la era del Pacto Verde.
Primer objetivo merkeliano: la AfD entra seriamente en caída, acelerada ahora por la presión estatal. El peligro de unos parlamentos ingobernables por la presión de la pequeña burguesía más exaltada, se diluye. Segundo: los Verdes se confirman como fuerza de gobierno -aunque pierdan votos- pero quedan lejos de sustituir en el mapa electoral a la socialdemocracia, que ha centrado su propaganda en la transición ecológica.
La única nota discordante para la estrategia merkeliana ha sido... la erosión de la propia CDU que pone en peligro que Laschet, líder del partido y delfín continuista de Merkel, pueda presentarse a canciller. La presión de la CSU -el socio bávaro de la CDU- podría imponer a su presidente como candidato nacional.
Con todo, el diseño de la recomposición de aparato político ha mostrado que los Verdes -y en general el bombardeo ideológico con el Pacto Verde- tienen un techo. Se han convertido en partido de estado y parece que los han preparado bien para entrar en el gobierno. Pero la dimensión de su base electoral sigue estando lejos de la socialdemócrata. Encuadran fundamentalmente a votantes de la pequeña burguesía profesional urbana y sus grandes trasiegos de votos no se producen con socialistas y democrata-cristianos... sino con los liberales, que por cierto, son los únicos en quitarles votos.
Gran Bretaña: un nuevo capote del feminismo al estado
El secuestro y asesinato de Sarah Everard, una ejecutiva de marketing de 33 años según insisten todos los medios, por un policía cuando volvía a su casa ha dado pie a protestas -masivas para tiempos de pandemia- dispersadas a golpes.
El aparato partidista y mediático británico se ha apresurado a enmarcar políticamente el crimen bajo la etiqueta violencia de los hombres contra las mujeres, empezando por el Parlamento y esquivando cualquier reflexión sobre la impunidad de los cuerpos represivos en el país, que lleva escalando desde hace veinte años y ya era alta para estándares europeos.
Definir la violencia sexual como un terrorismo de los varones contra las mujeres es un delirio identitario clásico del feminismo que no permite entender ni cambiar nada, pero eso sí, sirve para generar aun más atomización y difundir el miedo difuso. Si además, se invisibiliza que en este crimen en concreto, como en tantos otros, la impunidad de policías y represores juega un papel central y que responde a políticas de estado con objetivos precisos, el servicio está hecho. Una vez más el comportamiento criminal del estado se pasa por alto y se deriva a desconfianza y descomposición de los lazos sociales más básicos.