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1/11/2022 | Crítica de la ideología
Contra Halloween

Truco o trato

Esta noche en medio mundo se repitió una escena hasta hace muy poco casi inimaginable fuera de los países anglosajones: Niños disfrazados, llamando a las puertas a la voz de ¡Truco o trato!. Según los medios se trataría simplemente de una costumbre del Halloween anglosajón, una forma menos lúgubre que la tradicional en países católicos de celebrar el día de difuntos. No es así.

De hecho el Truco o trato no tiene nada que ver ni con las remotas tradiciones que conservan, más o menos distorsionada, la mirada del comunismo primitivo sobre la muerte, ni con los manes romanos, ni con el culto católico-medieval a la muerte.

Guy Fawkes: de la persecución de los campesinos católicos ingleses al amedrentamiento de los obreros irlandeses

Celebraciones del día de Guy Fawkes

Celebraciones del Día de Guy Fawkes en Gran Bretaña

Tenemos que retroceder a 1605. En ese año se acusa a un grupo de nobles católicos de organizar, un complot para asesinar al rey y la mayor parte de la aristocracia protestante durante la apertura del Parlamento el 5 de noviembre. Es la famosa conspiración de la pólvora que supuestamente pretendía culminar con la gran pesadilla de los pares del reino: un levantamiento del campesinado inglés bajo las banderas católicas.

A partir de entonces, la aristocracia británica anima al pueblo a recordar el 5 noviembre, el día de Guy Fawkes... amedrentando a sus vecinos católicos. Se trata de convertir la impunidad en el acoso a los católicos en un elemento de identidad... entre la clase dirigente y una parte de sus explotados. La fórmula, versión original del Guy Fawkes Day, será utilizada cada vez más contra todo tipo de rivales de los primeros. Por ejemplo para reprimir a los partidarios de la Revolución francesa en fecha tan tardía como 1791 (acusándolos de papistas).

Pero en esa época está apareciendo ya un nuevo tipo de católicos que pronto se convertirá en los católicos... y en un nuevo terror de las clases dirigentes británicas.

El rápido desarrollo de la industria inglesa no hubiera sido posible si Inglaterra no hubiera dispuesto de una reserva: la población numerosa y miserable de Irlanda. Entre ellos, los irlandeses no tenían nada que perder, en tanto que en Inglaterra tenían mucho que ganar; y desde que se supo en Irlanda que en la orilla oriental del canal de St. George todo hombre robusto podía hallar trabajo asegurado y buenos salarios, bandas de irlandeses lo han atravesado cada año.

Se estima que alrededor de un millón de irlandeses han emigrado así a Inglaterra, y que todavía actualmente hay unos 50.000 inmigrantes por año. Casi todos invaden las regiones industriales y en particular las grandes ciudades, constituyendo en ellas la clase más inferior de la población. Hay 120000 irlandeses pobres en Londres, 40000 en Manchester, 34.000 en Liverpool, 24.000 en Bristol, 40.000 en Glasgow y 29.000 en Edimburgo.

La situación de la clase obrera en Inglaterra, Federico Engels, 1845

Los campesinos y artesanos irlandeses se convertirán en una parte masiva, precaria y malpaga del proletariado británico. Su falta de higiene, sus costumbres campesinas y en general sus condiciones de vida insalubres, aun más miserables que las del proletario nativo, le separan de éste. Aparece el ghetto irlandes en las principales ciudades fabriles inglesas.

Pero cuando el stock de trabajadores irlandeses empieza a ser mayor que las masas de campesinos proletarizados que llegan cada año desde el otro lado del canal, las cosas empiezan a cambiar. Los trabajadores irlandeses empiezan a ser acusados de organizar huelgas y formar sociedades obreras. Y la clase dirigente empieza a mostrar un abierto racismo anti-irlandés. Nada más útil que animar todo aquello que enfrente y separe al buen trabajador inglés de su compañero peor pagado católico.

Es ahí cuando el día de Guy Fawkes cambia de sentido: todavía se queman algunas casas de campesinos católicos, pero ahora son más bien asaltos urbanos los que predominan. Los camorristas, animados y muchas veces pagados por industriales, aprovechan para exigir un rescate a las familias obreras de origen irlandés por pasar a la siguiente casa y dejar intacta la suya: truco o trato.

El racismo anti-irlandés en EEUU funde Guy Fawkes y Halloween

Caricatura de Puck contra el racismo anti-irlandés en EEUU

Cuando la hambruna irlandesa propicia una ola masiva de emigración a EEUU, los llegados desde Irlandda, que tardarán mucho todavía en ser considerados blancos, sufrirán todo tipo de discriminaciones. Entre ellas un súbito renacer del día de Guy Fawkes reconvertido en bromas intimidatorias.

Lee también el epígrafe La migración irlandesa en Para entender el racismo en EEUU y el papel del Partido Demócrata, 30/01/2021.

Ni que decir tiene que serán otros migrantes llegados en la misma época desde Gran Bretaña los que llevarán la voz cantante para distinguirse de los irlandeses.

Los escoceses tenían una broma realmente desagradable en la que arrancaban un tallo de repollo, lo hacían humear y lo empujaban por el ojo de la cerradura en la puerta de alguien para que cuando esa persona llegara a casa, encontrara una casa llena de este vapor con olor nocivo.

Trick or Treat: A History of Halloween, Lisa Morton

Pero en el nuevo país los irlandeses responden también. Y la noche de Halloween se convierte pronto en algo así como la gran celebración del gamberrismo y la violencia generalizada, contagiando poco a poco a todo el país hasta que se convierte en un problema de orden público y los periódicos locales comienzan campañas para prohibir Halloween que animan a los vecinos a disparar contra los gamberros.

Aconsejamos al público que cargue sus mosquetes o cañones con piedra, sal o perdigones y cuando los intrusos invadan sus instalaciones a horas indecorosas para hacer travesuras, póngales buena y adecuada salpimienta para que se curen eficazmente y no tengan más gusto por tales cosas.

Cook County Herald, 1902

Como forma de reconducir lo que se estaba convirtiendo en una desagradable tradición, las iglesias comenzaron a involucrar desde los años treinta a niños y adolescentes de forma organizada en una particular versión con caramelos del rescate original de los asaltos del día de Guy Fawkes.

Así nació el Truco o trato y aunque se perdió temporalmente por la escasez de azucar durante los años de la segunda guerra mundial, se recuperó, estandarizó y masificó en los años 50 por todo EEUU.

Convertido ahora en un negocio-celebración más, es decir convenientemente papa-noelizado, y definitivamente fundido con Halloween, el día de Guy Fawkes sobrevívía y la tradición de amedrentar trabajadores migrantes pobres, se salvaba simbólicamente ocultándose bajo el disfraz de una inexistente tradición celta.

Halloween o el horror

La convivencia y competencia del día de difuntos con un Halloween festivo e infantilizante es muy significativa de la manera en la que opera el sistema. El día de difuntos en sus distintas versiones es la expresión de una necesidad humana básica: enfrentar en comunidad el dolor causado por la ausencia de personas queridas que murieron. Más allá del modestísimo negocio de los vendedores de flores, es difícilmente mercantilizable.

Halloween es todo lo contrario: un excelente negocio global y una oportunidad para el guiño marketiniano, pero completamente inútil para lidiar con cualquier necesidad humana que no pueda satisfacerse comprando dulces, disfraces, películas, espectáculos o fiestas temáticas. No es probable que el doodle de Halloween de 2020, por ejemplo, ayudara a ningún niño a lidiar con la pérdida de padres, abuelos, familiares o profesores durante lo más duro de la pandemia.

Halloween, al invisibilizar la muerte y las ausencias, al trocar el consuelo colectivo en consumo individual de experiencias festivas y sensaciones infantilizantes, contribuye a sostener y expandir la atomización y la soledad. Y por lo mismo alimenta la cultura de pasividad e impotencia que permite mantener una guerra en portada de casi cada periódico del mundo durante meses sin temor al más mínimo brote de horror moral.

Pero el horror es más que un género audiovisual o literario. El horror verdadero es un sistema en antagonismo permanente y cada vez más violento con la vida humana. Una trituradora de carne que para mayor sadismo pretende pasar por una fiesta interminable.

  • El origen del «Truco o trato» no es una tradición ancestral anglosajona, sino la vieja mugre xenófoba de las clases dominantes británicas primero y estadounidenses después, alentando a acosar y humillar a los mismos obreros migrantes a los que explota.
  • Tras la universalización de Halloween no hay tradiciones celtas, sino estudios de cine y canales de televisión.
  • La sustitución del consuelo y el luto por una fiesta de consumismo banal como Halloween, atomiza, empobrece e infantiliza.
  • El sistema nos quiere así, incapaces de ver que el verdadero horror es él mismo, un sistema de organización social cada vez más antagónico a las necesidades humanas y la vida.