
Por qué el capitalismo vuelve a la producción nacional y la propiedad estatal, y que significa para los trabajadores
En Italia1500 trabajadores del campo murieron reventados, por agotamiento, en los últimos seis años. No es algo aíslado. ¿Por qué es el capital del sector primario el que sobre-explota con más brutalidad? ¿Por qué se ceba con los migrantes?
El capitalismo ya no tiene de dónde sacar nuevas demandas, ni siquiera tiene como falsearlas. El resultado es un sistema que se consume a sí mismo y arrastra a la Humanidad con él entre convulsiones comerciales y bélicas. Sin embargo, tenemos la capacidad tecnológica y de recursos para satisfacer plenamente las necesidades de la Humanidad entera. Lo que «falla» son las relaciones sociales que dirigen la producción.
¿Pueden las huelgas y las luchas obtener concesiones que no se desvanezcan inmediatamente? ¿Hay posibilidad de mejoras «permanentes» o al menos intergeneracionales? ¿Es la crisis el motor de la combatividad? ¿Aumenta la consciencia al ganar concesiones?
Bolsonaro en Brasil y Tsipras en Grecia, Ramaphosa en Suráfrica y Macron en Francia, Costa en Portugal y Sánchez en España… miremos donde miremos o sube el salario mínimo o se establece por primera vez. ¿Por qué? ¿El capitalismo se toma en serio frenar el empobrecimiento de las grandes mayorías?
El problema del paro no es nacional ni se resuelve con leyes ni nacionalizaciones, no se evita saliendo del euro, atrayendo capitales ni evitando que «salgan». El paro es una expresión de que el capitalismo como un todo, mundialmente, es ya un sistema tan caduco que ni siquiera puede explotarnos a todos.
Las «soluciones» de los nuevos teóricos de la pequeña burguesía, los teorizadores del «espíritu del 15M» o del «Occupy» pasan siempre por la conservación del núcleo del capitalismo, la ley del valor y la fantasía alienante de la «sociedad civil». La pequeña burguesía no tiene solución para el capitalismo, solo la desmercantilización que es el programa de la clase trabajadora tiene un futuro de abundancia que ofrecer a la Humanidad.
Vuelven las ilusiones sobre la «regulación» e incluso la «planificación» del capitalismo y con ellas la «recuperación» de «la gran mentira», el supuesto carácter socialista de la planificación en los capitalismos de estado stalinistas. Pero, ¿es posible planificar el capitalismo? ¿no planificaría el socialismo la economía?
No hay día en que los medios no contrasten lo que hace tal o cual gobierno, el resultado de unas elecciones o la última escaramuza de la guerra comercial con «lo que dicen los mercados». Hay toda una prensa dedicada a seguirlos y manuales y cursos que enseñan a predecir sus inercias mediante el «análisis técnico» de sus curvas. Pero, ¿Qué son esos mercados? ¿Por qué son tan importantes?
La RBU es un polo del continuo en el que la burguesía ve las posibles respuestas a la crisis. En un polo tendríamos a la parte de la burguesía que a estas alturas da por hecho que no tiene capacidad para explotar a casi un tercio de los trabajadores… pero que se resiste a tener que pagar nada para evitar una fractura social. En el otro polo, los defensores de la RBU proponen convertir la necesidad en virtud, utilizando un sistema redistributivo para dar materialidad a su idea de «ciudadanía». Pero ¿Puede la RBU ser una solución a la crisis? ¿Puede cumplir sus promesas a los trabajadores?