
El gobierno de Ucrania ha ordenado retirar de las bibliotecas y los colegios y destruir después más de 100 millones de ejemplares de obras escritas en ruso, entre ellas los clásicos de la Literatura universal: Gogol, Dostoievski, Tolstoi, Pushkin o Gorki dejarán de ser accesibles. Poco importa que escribieran o compusieran sus obras antes de que existiera siquiera el primer nacionalismo ucraniano: han sido declarados enemigos por el estado y los propagandistas de la OTAN.