Esta ronda de elecciones en Bolivia, Perú, Uruguay y Argentina, unidas a las revueltas en Ecuador y Chile y las batallas internas dentro del poder en el propio Brasil, están preparando el tablero de las clases dominantes para un doble frente. Por un lado el frente interno, con una lucha de clases en alza. Por otro para la reordenación de las alianzas imperialistas a nivel continental. Aunque la lucha de clases está todavía protagonizada por la pequeña burguesía, lo que viene es una nueva oleada de ataques a las condiciones de trabajo y vida de los trabajadores. Y aunque el elemento dinámico principal hoy en el conflicto interimperialista es la guerra comercial entre EEUU y China, en América del Sur entera, la afirmación de Brasil por un lado y la respuesta -apoyada desde México y Europa- de Argentina, Uruguay, Perú y Bolivia por otro, van a marcar una época de choques y roces constantes que cada vez más trascenderá lo comercial.