
El miedo a una epidemia y la torpeza del gobierno a la hora de expropiar tierras, han alineado los intereses de la pequeña burguesía agraria del Egeo con los de los trabajadores y los refugiados.
Ni Syriza fue ningún triunfo de los trabajadores, ni Mitzotakis trae ninguna «regresión» que no haya emprendido ya Tsipras. De hecho, de Mitzotakis solo cabe esperar más Tsipras, es decir continuidad del patriotismo que destruye las condiciones de vida de los trabajadores... y da nuevos pasos hacia la guerra. En eso, efectivamente, Grecia es un «país normal», nunca dejó de serlo.
Lo que el «Parti de la Gauche» de Melenchon, «die Linke» de Wagenknecht, «O bloco» de Matias y el Podemos de Iglesias nos venden es lo mismo y va necesariamente al mismo lugar al que fue la Syriza de Tsipras.