
El gobierno británico acaba de presentar el proyecto de ley que modifica el protocolo de Irlanda del Norte. Según la prensa irlandesa es «más extremo y de mayor alcance de lo previsto». Dublín teme no sólo que de paso a una guerra comercial, sino que la guerra comercial le obligue a elegir entre cerrar la frontera o salir del mercado UE. La trampa del Ulster en la que cayó Gran Bretaña se convertiría entonces en la trampa irlandesa… y la guerra sucia probablemente volvería.