
Las luchas se siguen extendiendo por el territorio y llegan ya a 12 provincias pero todavía no se coordinan entre sí.
En la actual situación pre-revolucionaria colapsan un capital nacional orientado con todas sus fuerzas hacia la guerra imperialista, desde Yemen hasta Líbano y Gaza y un proletariado que afirma las necesidades humanas y la vida. Toca organizarnos, aprender e intervenir para romper ese aislamiento y extender las luchas que hoy despuntan por todo el globo para convertir la generalización de la guerra imperialista en marcha, en Revolución mundial.
Por su interés en el momento actual, traducimos un artículo escrito el pasado 8 de mayo por Damoon Saadati, que hace un reporte de primera mano de la situación actual de las luchas de traajadores en Irán y su posicionamiento contra la guerra y las consignas belicistas, xenófobas y nacionalistas del pretendido «anti-imperialismo» del régimen.
El movimiento en el Kurdistán iraquí e Irán de esas semanas tiene una importancia histórica. Marca la posibilidad de un nuevo curso de luchas y pone coto a la escalada belicista en Oriente Medio. Pero si sus fortalezas nos muestran hasta qué punto podemos transformar las cosas, sus debilidades nos enseñan por dónde debemos empezar a hacerlo.
Parece que la clase obrera empieza a despertar y mostrar una tendencia a actuar políticamente de forma independiente del estado y la burguesía, por encima de fronteras nacionales, lingüísticas y étnicas. Y en un lugar que es, hoy por hoy, el centro del conflicto imperialista global. Y éso, aunque de momento no avance a más, es ya un salto cualitativo importantísimo. Empieza a despuntar una fuerza capaz de cambiarlo todo.