
En EEUU, el racialismo se ha convertido en la principal campaña ideológica contra los trabajadores. Pero el movimiento Black Lives Matter no ha tenido un impacto ni remotamente comparable en la mayoría de los demás países a pesar de la presión mediática y el esfuerzo del aparato demócrata por exportarlo a Europa y Asia. La pregunta es, ¿por qué es tan potente en Estados Unidos?