
Desde el Magreb a Bosnia, pasando por el Cuerno de África y Siria, un lazo de conflictos armados se reactiva alrededor de Europa conforme el grueso del esfuerzo imperialista de EEUU se traslada a Asia.
El ejército etíope, reforzado por las milicias amhara y tropas eritreas y sudanesas ha sido expulsado de la capital del Tigré, Mekele. La guerra del Tigré ha dado un vuelco al decantarse en contra del gobierno de Adis Abeba los inestables equilibrios imperialistas entre países árabes y EEUU. Y a pesar de los mensajes, la guerra aun no ha acabado, aunque ya ha dejado matanzas masivas, limpiezas étnicas con decenas de miles de muertos, crímenes contra la humanidad, hambruna y destrucción. En cuestión ahora el futuro de Etiopía y el temor de una extensión de la guerra a otras regiones del país.
La prensa europea y norteamericana están empeñadas en vendernos un «milagro» en Etiopía. El Banco Mundial no solo lo compra sino que lo banca con una decisión sorprendente. Y la verdad, los titulares sorprenden y parecen contradecir con una repentina e inesperada paz la tendencia general hacia la guerra de la que hasta Merkel habla abiertamente. Pero… ¿es cierto? Y si lo es… ¿cuál es la fórmula para sacar a un país de la descomposición y ponerlo en marcha de nuevo?