The Bite
«The Bite» es la primera serie que trata, bajo el disfraz de una comedia de zombis, la realidad de la gestión de la pandemia Covid.
The Bite: variantes Covid y tabús
Que hayamos tenido que esperar hasta mayo de 2021 en EEUU y hasta finales de octubre en Europa para ver «The Bite», una serie crítica con la gestión de la crisis Covid, es una buena demostración de hasta qué punto la dictadura del capital ha sido implacable durante la pandemia. Y es que desde el principio de los confinamientos, ola tras ola y matanza tras matanza, salvar las inversiones ha tenido prioridad sobre salvar vidas en todo el mundo.
Y la verdad, si ahora podemos disfrutar de un poco de aire fresco con «The Bite» es porque en EEUU la fractura de la clase dominante alrededor y contra el trumpismo ha sido tan grave que ha saltado por encima de todos los tabús que se han mantenido básicamente intactos en el resto del mundo. No es casualidad que el equipo de productores y guionistas de «The Bite» sea el mismo del de «The Good Fight», la serie de propaganda demócrata más desacomplejada.
The bite como serie
La serie en si misma es divertida y está muy bien construida. Es la primera que logra de un modo creíble y gracioso convertir los fallos de la videoconferencia en una herramienta para la comedia de carpintería. Las referencias del guion saben moderarse en su cosecha del género zombi y vuelan constantemente entre Almodovar y la familia Adams sin complejos ni pretenciosidad.
Los actores elevan aun más el listón, desde una grandiosa Audra McDonald al siempre estupendo Jefferson White (el Jimmy de «Yellowstone») en un papel de rider que, como casi todos los suyos, hubiera merecido mucho más minutaje y hasta una secuela.
Con el ritmo justo, la serie avanza implacable y divertida a paso de screw ball comedy hasta el último episodio... en el que un interminable canto a la «sororidad» metido con calzador, amenaza hacer colapsar la historia por incoherencia y aburrimiento. Nada que no arreglen unos segundos del botón de avance rápido.
The Bite como catarsis
Sólo la particular situación de la crisis política estadounidense entre el verano de 2020 y la primavera de 2021 hizo posible una serie que dejara claro, desde la primera escena en la que aparece el CDC, el cinismo bajo el supuesto conflicto entre «la salud del país y la salud de nuestra economía». No es que los demócratas tuvieran otras prioridades donde gobernaban, pero al menos sus propagandistas supieron donde morder al escribir «The Bite».
La serie ironiza con gracia sobre la obsesión por «evitar el pánico», «equilibrar la ciencia y la economía» y «reabrir las escuelas y la economía». Mete el dedo en la llaga cuando los gestores de crisis de la Casa Blanca y el CDC intentan desviar la atención culpando a unas gambas importadas de México y denominan a la nueva variante SUN-9 porque el sol tiene mucha aceptación y 9 es mucho menos preocupante que 19. Hasta se permiten bromear con el manto de silencio que los medios han corrido sobre el impacto de la enfermedad entre los dirigentes estatales y económicos.
Pero sobre todo, hacen sangre cuando al borde del apocalipsis intentan evitar los cierres proponiendo en su lugar medidas de «mitigación» como poner un collarín a los zombis y toman como hipótesis para calcular la expansión de la variante que los afectados, al desarrollar síntomas pronto, serán inmediatamente aislados y se frenará el contagio comunitario.
Todo tan divertido como trágicamente familiar. Más que crítica, un poco de catarsis. Pero, tras meses de desastres y un machaque propagandístico de más de año y medio, se agradece como el aire fresco.