
Como era previsible la xenofobia crece con la guerra y afecta ya también a los mismos refugiados ucranianos. ¿Qué alimenta el miedo y el rechazo a los refugiados?
Como era previsible la xenofobia crece con la guerra y afecta ya también a los mismos refugiados ucranianos. ¿Qué alimenta el miedo y el rechazo a los refugiados?
Las ministras de Economía de España y Holanda, Kaag y Calviño, han presentado una propuesta conjunta a la Comisión para modificar las reglas fiscales de la UE. Bruselas se ha felicitado por esta aparente «unión de opuestos» y gobiernos «frugales» como el de Austria dicen apoyarlo «en gran parte». Pero ¿en qué consiste la propuesta? Y sobre todo: ¿Cómo afectaría a los trabajadores?
Llegamos a fin de 2021 con la pandemia desbocada, los precios de la electricidad batiendo récords hasta en fin de semana y los medios económicos aplaudiendo la «barra libre para la temporalidad» en la que han acabado las promesas gubernamentales sobre la reforma laboral. La crisis del aparato político tampoco pierde el compás acelerado que han tomado los datos económicos: Ivan Redondo, que hasta julio fuera principal figura del gobierno, es ahora su trol oficial y la revuelta electoral de la pequeña burguesía periférica se extiende ahora al conjunto de la «España Vaciada». Todo viene con fecha de caducidad en 2022 dando por hecho un adelanto electoral antes de noviembre.
En mitad de un bombardeo informativo sobre lo mucho que crece el total de pensiones pagadas y el anuncio de subidas mínimas para las no contributivas, el gobierno lleva al Parlamento la primera fase de su reforma de pensiones. Todo adelanto sobre la edad de la jubilación es penado con recortes de pensiones. Algunas de hasta el 30%… en un país donde encontrar trabajo después de los 50 es extremadamente difícil si no imposible. Objetivo: retrasar la edad de jubilación efectiva.
Con el anuncio del «Plan de Recuperación y Resiliencia» comienzan a desgranarse las reformas que se integran en él. Y en primera línea, como no podía ser de otra manera, las líneas maestras del ataque a las pensiones.
Basta recoger los titulares de la semana para ver con claridad que tanto la política de salud pública y reducción de contagios como la legislación laboral, las coberturas de jubilación y la distribución de rentas e ingresos se doblegan ante el ansia por mejorar los resultados inmediatos de las inversiones puestas en las empresas. Lo que el capital exige para recuperar rentabilidad prima sobre las necesidades más básicas y urgentes de los trabajadores, que son sistemáticamente invisibilizadas.
Junto con la recesión se abre un periodo de ataques directos a nuestras condiciones de trabajo, de jubilación y de vida en general. Salarios, pensiones y condiciones laborales van a estar en primera línea de fuego. Es más importante que nunca no caer en las trampas que pretenden que nos solidaricemos con los dividendos a costa de nuestras necesidades vitales, sea en nombre de la «reconstrucción», la «justicia social» o el «cambio climático».
Ni cabe esperar que los conflictos imperialistas se detengan al borde del precipicio ni que ninguna crisis haga a la burguesía, el estado o sus sindicatos «abrir los ojos» a nada que no sea aumentar la explotación