
Si hacemos caso a la prensa, Argentina vive en una especie de tiempo suspendido por las negociaciones con el FMI. Y si creemos a la izquierda argentina todos los ataques a las condiciones vitales más básicas se explican exclusivamente por la deuda y la negociación de quita. Pero ni los tiempos de la acumulación paran, ni el motor del capital argentino y sus políticas precarizadoras y empobrecedoras parece ser su urgencia por saldar deudas con el capital internacional.