
La burocracia China ha fijado esta semana sus objetivos para 2025 y 2035. Darán forma a la crisis y el conflicto imperialista en todo el mundo.
La proliferación nuclear es una amenaza real para toda la Humanidad. Refleja crudamente que la gravedad de la crisis del sistema es mucho mayor que la que nos cuentan los medios y que la urgencia de afirmar una alternativa global va mucho más allá de un «momento económico recesivo».
Lo que estamos viendo, desde China a Brasil pasando por Turquía es una fase inicial del desarrollo del militarismo. El peso político de los militares reaparece como un recurso y una salvaguarda ante los conflictos internos de la burguesía (Brasil) pero sobre todo como una forma de asegurar una perspectiva estratégica viable a medio plazo (China) en un contexto en el que la centralidad del conflicto imperialista pasa de lo comercial a lo militar (Turquía).
Está comenzando una nueva etapa de recesión económica y crisis política a nivel mundial. Todas las contradicciones del sistema han acelerado con la pandemia y la capacidad del capital para recuperarse va a depender de su capacidad para imponer una transferencia masiva de rentas del capital al trabajo en cada país. Las pérdidas y las necesidades del capital son aun más brutales que en 2009. Pero a diferencia de hace diez años, entramos en esta nueva fase con una clase trabajadora que se ha movilizado bajo un programa de reivindicaciones prácticamente universal y que en no pocos casos ha tenido fuerza suficiente como para superar a los sindicatos y torcer el brazo a empresas y gobiernos. Pero no ha sido siquiera el primer acto. Ha sido la obertura.
EEUU. Bolton deja la Casa Blanca tras el fiasco de las negociaciones con los talibanes para salir de Afganistán. ¿Significa éso que viene un cambio en la política exterior de EEUU? ¿Qué fuerzas y concepciones estratégicas están en lucha bajo el inacabable baile de secretarios y asesores en la Casa Blanca?
Mercosur ha muerto. Ignorando los acuerdos arancelarios, Brasil ha dado una cuota libre de aranceles de 750.000 toneladas de trigo a EEUU. La impotencia argentina, que declara el fracaso histórico, evidencia la fragilidad institucional del acuerdo y la beligerancia de la nueva dirección brasileña contra su vecino del Sur.
Cuatro términos destacan: «caos», «escasez de alimentos» «dieta restringida» y «ocupación militar de las zonas rurales». El problema: esperan retrasos en las entregas y abastecimientos. El miedo principal es que la gente, al comprobar que los productos no llegan a las tiendas y que faltan medicinas en las farmacias, se entregue a una orgía de destrucción y asaltos a los comercios.
Empieza el año a la espera de que una sonda china se instale en el lado oculto de la Luna y que Bolsonaro, para quien el programa nuclear y el espacial son estratégicos tome posesión, mientras Branson promete «turismo espacial» para mediados de año. ¿Un verdadero boom científico? ¿Una nueva frontera para la Humanidad?Hay una frontera, pero es histórica no espacial. Hay un nuevo mundo alcanzable, pero no está en otros planetas, sino al alcance de nuestra mano.
Primero fue una nueva generación de barcos de guerra iraníes, ahora Rusia arma a Venezuela con caza-bombarderos Tupolev capaces de llevar armas atómicas. EEUU responde con una nueva oleada de sanciones a lo que queda del «ALBA». Colombia denuncia una provocación y la prensa brasileña ve el cuadro como una nueva carrera de armamentos regional. Soplan las primeras brisas de un viento de guerra alentado desde EEUU, Rusia, Irán… y China.
Las decisiones «racionales», «sensatas» y «responsables» de los gobiernos, impulsados por la competencia entre imperialismos rivales, grandes y pequeños, van sentando las bases para una generalización de la guerra que más temprano que tarde tocará las puertas de Europa, el Mercosur y las regiones que desde hace décadas presumían de haber quedado al margen de la máxima expresión de la barbarie.
El triunfo de Bolsonaro abre una etapa de ataques crecientes y abiertos a los trabajadores y de tensiones imperialistas regionales. Pero cuidado, el inevitable bombardeo nacionalista «antifascista», propondrá un frente común con sectores de la burguesía democrática brasileña o sus vecinos. Caer ahí sería aceptar los sacrificios que nos llevarían a la guerra.
Francia, Gran Bretaña, Marruecos, Corea del Sur, Italia e incluso Alemania deciden o parecen encaminarse hacia la reinstauración de algún tipo de «servicio obligatorio» para los jóvenes de ambos sexos aunque sea, a todas luces, inútil para la los ejércitos. ¿Por qué? ¿A cuento de qué nos vuelven a vender «la mili»?
La nueva doctrina de seguridad nacional de EEUU es la de la «guerra comercial total»: EEUU pondrá toda su fuerza militar al servicio de la renegociación de las balanzas comerciales dándolo todo para contener a China en un área de influencia estrecha, ganar nuevos mercados y expulsar a la competencia de terceros países. La «guerra comercial total» nos coloca un paso más cerca de la guerra generalizada.
El Brexit te afectará de dos maneras, ninguna de ellas buena: la primera una muy previsible presión redoblada en toda Europa hacia la precarización y los bajos salarios en nombre de la «competitividad». La segundad es un aumento del militarismo y las tensiones imperialistas que azuzarán los desastres actuales y causarán otros nuevos en una carrera por desestabilizar a los competidores.