
Morawiecki, el primer ministro polaco, lleva días hablando de «un nuevo tipo de guerra». Los gobiernos bálticos hablan de «la mayor amenaza para la seguridad en los últimos 30 años». El presidente del Consejo de la UE, Michel, califica la llegada de unos cientos de migrantes como un «ataque brutal, híbrido, violento e indigno». Y la prensa europea más entusiasta le hace coro hoy: «Estamos ante un ataque híbrido de un vecino claramente hostil» editorializaba El País. Pero ¿realmente estamos ante una acción de «guerra híbrida»? ¿Son una amenaza unos cientos de refugiados? ¿Para quién?