
Tras la toma de posesión de Pere Aragonès como Presidente de la Generalitat vino la reapertura de comunicación entre Sánchez y Aragonès. Y acto seguido una cierta coreografía política: una carta abierta de Junqueras y la escenificación de una reconciliación apadrinada por la gran patronal catalana. Se abre oficialmente una fase de diálogo que supuestamente debería servir para cerrar la crisis de estado abierta por el referendum de independencia y la declaración de independencia fake de 2017.