
Mientras Costa deglutía a sus aliados de la jerigonça y la izquierda francesa se desvanecía del panorama electoral francés dividida entre un decadente Melenchon y unas complejas «primarias populares» sin casi participación, la izquierda española lo ponía todo en un agónico Götterdämmerung: Benidorm Fest, fase local de Eurovisión 2022. Si hacemos caso a sus propios lamentos, fue más doloroso y trascendente que los 14 diputados (de 19) perdidos por «O Bloco» en Portugal. Años de Gramsci, «teoría de marcos» y «espíritu 15M», colapsaban de la forma más banal posible.