
Una altisonante propaganda bélica basada en las viejas mentiras del defensismo y el antifascismo, trata de acallar la cruel realidad del reclutamiento forzoso de jóvenes tanto en Rusia como en Ucrania. La resistencia de jóvenes reclutas y sus familias en ambos países reafirma la necesidad de un «trabajo preparatorio sistemático, perseverante y continuo» para que los trabajadores tomen la situación en sus manos y acaben con el horror en marcha.