
La situación de emergencia económica que estamos viviendo -inflación general de precios, escalada de precios de la energía y alimentos básicos, reducción de salarios reales y capacidad de compra- es una versión acelerada de lo que el gobierno y la clase dirigente española esperaban del Pacto Verde. Lo que viene ahora es la caída de la actividad económica y un «pacto de rentas» que, con tal de parar la inflación -que no fue causada por los salarios sino por los márgenes exagerados de las eléctricas, el desastre ucraniano y el bloqueo a Rusia- va a comerse casi un 20% del poder de compra de un salario típico.