Subida del salario mínimo 7 preguntas básicas
¿Es necesariamente buena para los trabajadores una subida del salario mínimo? ¿Bajo que condiciones puede generar una mejora? ¿Bajo que condiciones reduce la masa salarial pagada al conjunto de los trabajadores y precariza aún más las condiciones de trabajo?
¿La subida del salario mínimo mejora la situación de «mujeres y jóvenes» trabajadores?
La subida del salario mínimo mejora de manera directa a los trabajadores que los perciben, entre los que están los menos cualificados y los últimos en llegar al mercado de trabajo. En este segmento hay una mayor proporción de jóvenes y de mujeres.
Así que sí, entre los trabajadores que se benefician de la subida del salario mínimo hay más mujeres y jóvenes que en el conjunto de la clase trabajadora.
¿Reduce la «pobreza salarial»?
Depende de la inflación. Si como en España ahora la subida del salario mínimo es del 3,5% y la de la inflación sigue en un 6,5%, los salarios más bajos pierden capacidad de compra y por tanto la pauperización aumenta.
¿Qué pasa con el resto de trabajadores?
El monto del salario mínimo no sólo afecta a quien lo percibe directamente. De manera formal la mayoría de los salarios de los trabajadores se calcula a partir de él -o su equivalente dentro de cada convenio específico.
De ese modo, los trabajadores con «antigüedad» o que han ganado cualificación en su tiempo en la empresa, tendrán la expectativa de que una subida del salario mínimo se traduzca en una subida superior a la lineal de sus propios salarios.
Es decir, si el salario mínimo sube 35€ -un 3,2% sobre el salario mínimo anterior, el salario de un trabajador con «antigüedad» subirá probablemente menos del 3,2% pero en términos absolutos más de 35€.
Pero la empresa también hará sus cuentas. Y si los costes de despido son relativamente menores que los de la subida del salario minimo a medio plazo, compensará la subida de costes despidiendo a los trabajadores de mayor antigüedad y cubriendo sus puestos con trabajadores con salarios cercanos al nuevo salario mínimo que no tendrán ya antigüedad.
No hace falta siquiera que el coste de despido sea menor o igual que el ahorro salarial para la empresa a medio plazo. La empresa «mejora sus resultados» y se hace más atractiva a nuevos capitales si reduce los costes recurrentes, como hemos visto reiteradamente en las fusiones y despidos en sectores como el bancario o el industrial. Y si la perspectiva es que en el futuro los salarios mínimos sigan creciendo el incentivo a hacer «rotar la plantilla» será aún más fuerte.
Por eso, toda subida del salario mínimo que no vaya acompañada de un aumento de los costes de despido, producirá rotación y «rejuvenecimiento» de plantillas con recontrataciones a salarios totales más bajos.
¿Qué efectos globales tiene la subida del salario mínimo sobre la clase trabajadora cuando el coste del despido se mantiene?
El efecto global es una concentración de los salarios de los trabajadores en torno al salario mínimo y un «hundimiento de los salarios medios». Dicho de otro modo: los puestos con «salarios decentes» son cada vez menos.
En conjunto, el efecto de la subida sostenida del salario mínimo desde 2017 -y salvando las distorsiones de los confinamientos y sus secuelas en ERTEs y EREs- se ha traducido en España en una reducción del total pagado a la fuerza de trabajo.
¿Cómo ha repartido la clase dirigente lo que ha ahorrado en salarios de trabajadores?
Una parte ha ido a dividendos, claro, que era el objetivo, especialmente a partir de 2020 cuando los confinamientos y la caída del consumo los han puesto en jaque. Pero como vemos en la gráfica de arriba, un buen bocado se ha gastado en el incremento de remuneraciones de cuadros medios y altos directivos, dando a las variaciones de salarios una forma de V: los trabajadores concentran sus salarios alrededor del mínimo y los jefes, propietarios y cortes familiares o consultoras varias, ven escalar los suyos.
Dicho de otro modo, la pequeña burguesía corporativa y la burguesía corporativa se han repartido bajo la forma de un aumento salarial buena parte de lo que perdían los trabajadores.
¿La subida del salario mínimo mejora la igualdad salarial entre trabajadores y trabajadoras?
Realmente... no. Estamos en buena medida ante una ilusión con los números.
Por un lado, que suban las remuneraciones (nominales) de uno de los sectores más feminizados de la clase trabajadora no significa que varíe en absoluto la discriminación salarial por sexo para el mismo puesto (prohibida hace décadas por ley en toda la UE) o la discriminación por sexo en los procesos de contratación (que según los estudios estadísticos, no afecta a las trabajadoras sino, en todo caso, a jefas y directivas).
Por otro lado, el indicador que ahora utilizan los gobiernos, la «brecha de género» no habla realmente de las mujeres trabajadoras. La forma en que se calcula da mucho más peso al salario de jefas y directivas, porque compara el salario medio del conjunto de mujeres asalariadas con el salario medio de los varones asalariados. Un solo directivo pesa más en esa media que lo que cientos o miles de trabajadores.
¿Qué ha ocurrido en la «vida real»? Que como hemos visto arriba los cuadros corporativos «se han puesto las botas» a costa de los salarios pagados a los trabajadores mientras toda una serie de reformas legales e incentivos públicos presionaban hacia la «feminización» de la élite directiva de las empresas. Resultado: hay más mujeres en unos puestos de dirección empresarial que, además, ahora cobran más y por tanto la «brecha de género» tiende a disminuir.
Pero para la clase trabajadora el cuento es muy diferente.
Imaginemos una familia trabajadora típica con dos hijos recién incorporados a la fuerza de trabajo, un padre que llevaba 15 años en una empresa y una madre que cobraba un poco más que el salario mínimo. La brecha de género en esta familia sería igual a la diferencia porcentual entre lo que ganan el padre y la madre.
Ahora la subida del salario mínimo ha elevado, por debajo de la inflación, los salarios de los hijos y la madre. Pero el padre ha sido «rotado» y, en un golpe de suerte, recontratado en otra empresa con un salario similar al de su compañera. ¡¡Maravilla!! ¡¡La «brecha de género» ha desaparecido!!
Pero un momento: los salarios de la madre y los hijos han perdido capacidad de compra y el del padre se ha reducido en términos absolutos. La familia en conjunto se ha empobrecido y, además, si estamos en un país del Sur europeo, los padres serían más que probablemente una comunidad de bienes, sus salarios van a la misma cuenta corriente desde que se casaron. Igualarlos por abajo... no les hace más iguales ni siquiera entre sí, sino más pobres.
Resumiendo: ¿Toda subida del SMI es buena para los trabajadores?
No. Dependerá fundamentalmente de dos cosas:
- Si es mayor o menor que la inflación, y
- Si los costes de despido crecen o no al mismo tiempo.
Cruzando ambas variables:
- Si es mayor que la inflación y los costes de despido crecen paralelamente lo suficiente, es positiva para todos los trabajadores, que recuperarán rentas perdidas.
- Si es mayor que la inflación pero no suben los costes de despido, beneficiará a los sectores menos retribuidos de la clase trabajadora pero empeorará la situación del conjunto de trabajadores.
- Si como en España ahora, la subida es menor que la inflación y los costes de despido no se tocan o reducen, la subida del SMI será negativa para todos los grupos de trabajadores y para la clase trabajadora en su conjunto.