Segundo acuerdo de Brexit
Todavía anoche BBC pronosticaba un final sin acuerdo aunque otros medios mantenían la expectativa. Esta mañana, cuando ya no se esperaban cambios, fue la propia BBC la primera en lanzar la noticia: había acuerdo de Brexit. Casi inmediatamente confirmó Juncker y pronto la cosa se hizo oficial al modo de estos días, a golpe de tuits...
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https://twitter.com/BorisJohnson/status/1184764798107602944 | https://twitter.com/JunckerEU/status/1184764705384124416 |
¿En qué consiste el acuerdo?
- Las regulaciones de la UE se aplicarán a todos los productos en Irlanda del Norte.
- Irlanda del Norte permanece en el territorio aduanero británico
- Los puertos norirlandeses serán punto de entrada al mercado único (desde GB y otros lugares)
- Gran Bretaña aplicará sus propios aranceles a mercancías entrantes en Ulster desde terceros países cuando no vayan destinados a la UE y los de la UE, que entregará a la República de Irlanda (en tanto que miembro de la UE) cuando vayan destinados a Irlanda u otros lugares de la Unión.
- Para rematar el IVA cobrado en comercio internacional será cobrado por Gran Bretaña y entregado a la República de Irlanda
¿Qué significa el acuerdo?
El acuerdo implica la co-gestión entre Gran Bretaña y la UE -República de Irlanda- de las aduanas del Ulster y significa un paso adelante hacia la integración del Ulster en la República de Irlanda a través del establecimiento de un verdadero protectorado compartido más allá de los acuerdos de Viernes Santo. Protectorado que se consagra con la resucitación del gobierno y el parlamento norirlandés al establecerse un mecanismo de refrendo para que los electos del Ulster puedan decidir -por mayoría simple- dentro de cuatro años si se mantiene el acuerdo o no. El reducirlo a mayoría simple, lo convierte en un brindis simbólico: ya a día de hoy, la demografía electoral norirlandesa garantizaría el refrendo del avance republicano.
¿Y ahora?
Hoy tanto Downing Street como la prensa irlandesa están exultantes. En realidad, nos dice el «Irish Times»:
¿No se trata de la misma propuesta que fue rechazada [por los británicos] el año pasado? Casi. El nuevo acuerdo logra los mismos objetivos que la propuesta, pero por medios diferentes y mucho más complejos. La UE ha cambiado su posición con respecto a este mecanismo de protección original al permitir que Irlanda del Norte permanezca legalmente en la unión aduanera del Reino Unido, pero operativa y prácticamente en la unión aduanera de la UE.
En realidad Johnson ha dado un tremendo, ruidoso y costoso rodeo para intentar mantener un bloque parlamentario con los unionistas del DUP y los brexiters duros que hubieran preferido un Brexit a la brava con fronteras «duras» con Irlanda. Lo necesita porque lo que ha hecho del proceso de Brexit algo tan correoso ha sido la profunda fractura en la burguesía británica que ha suscitado. A la fractura habría que añadir lo que parece una constante en todo el mundo: ante la crisis, la burguesía parece haber perdido la capacidad de distinguir entre el corto y el largo plazo.
Así las cosas, el sábado Johnson someterá el nuevo acuerdo al parlamento. El DUP ya ha anunciado que rechaza el acuerdo. No podía ser de otra manera. El DUP solo podía intentar mantener su liderazgo sobre la pequeña burguesía protestante norirlandesa cabalgando el disgusto de sus bases ante lo que juzgan correctamente como un avance hacia la unificación irlandesa. Limitarse a condicionarla, cuando el objeto de su partido es impedirla, solo le reportaría una crisis. En todo caso ahora la presión sobre laboristas, remainers y brexiters «moderados» desde Europa les llama a aprobar el acuerdo. Y la misma City parece haberse relajado un poco.
Así que habrá emoción hasta el último momento de la sesión parlamentaria de este sábado. El proceso ha producido y reabierto demasiadas heridas en la clase dirigente británica como para esperar un final entre sonrisas. Más aun cuando la «buena noticia» implica recuperar soberanía comercial para perder soberanía territorial sobre Irlanda. Si la burguesía británica sabe reagruparse para salir del estancamiento sobre este nuevo acuerdo, el resultado en cualquier caso no va a ser la apertura de un periodo de paz y comercio internacional sobre nuevos y más provechosos acuerdos... sino atacar aun más las condiciones del los trabajadores en Gran Bretaña y abrirse espacio a codazos en un mercado mundial saturado y en crisis, yendo a la zaga de las necesidades militares de EEUU para intentar hacer valer a toda costa las necesidades imperialistas del capital británico. El «caos» no era el Brexit a la brava, el caos es el capitalismo.