Reducción de jornada y subida del salario mínimo en EEUU
En Amazon o Target, la reducción de jornada y la subida del salario mínimo se están combinando con el fin de coberturas médicas y otros ingresos no salariales para reducir los ingresos reales por hora de los trabajadores. En el conjunto de la economía de EEUU la inflación se ha comido ya el incremento de salarios. Y lo que viene con el Green Deal es más de lo mismo.
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La subida del salario mínimo y la reducción de jornada en Amazon o Target
En EEUU avanza la presencia mediática y política del movimiento Fight for 15. Aumentar el salario mínimo a 15 la hora es visto en estos momentos como una forma de resolver la escasez de mano de obra, especialmente en el sector de servicios. Muchas grandes empresas se habían sumado ya a la lucha por un salario mínimo de 15 dólares antes de la llegada a la Presidencia de Biden. Hasta Donald Trump tomó esa bandera y defendió aplicarlo en aquellos estados en los que el coste de vida es más alto.
En el mercado de trabajo lo que estaba sucediendo tenía poco que ver con la retórica. Empresas como Target o Amazon aumentaron el salario mínimo en 2018 y 2020 pero al mismo tiempo redujeron la jornada de sus trabajadores tanto los que estaban a jornada completa como los que tenían contratos a tiempo parcial. Eso sí, los objetivos de producción por equipos no variaron. Los trabajadores de Amazon, al igual que los de Target, se ven obligados a trabajar aun más rápido en menos tiempo.
Pero al combinar la subida salarial con el recorte de jornada, el resultado es que el salario final cobrado es menor que el de antes de la subida. Es más, como sus horas se redujeron drásticamente, también perdieron el seguro médico y las ventajas que se aplican a los trabajadores a tiempo completo. Por ejemplo, en Amazon, el aumento del salario mínimo acompaña la eliminación de los programas de bonificación por productividad. Es decir, la bajada de ingresos se acentuó.
Para empeorar las cosas, los trabajadores de estas compañías perdieron el derecho al seguro médico al reducir su jornada... pero también perdieron el derecho a ayudas Medicaid por ganar demasiado dinero (por hora).
Es decir, el generoso aumento y la reducción de jornada se combinan con las regulaciones internas para convertirse en una forma de reducir el coste de la fuerza de trabajo. No solo aumenta la explotación en términos relativos sino en términos absolutos. Permite a los empresarios obligar a los trabajadores a ser más productivos pero también a recibir menos sueldo total por las mismas horas de trabajo.
Eso sí, las empresas muestran orgullosas que bajo las nuevas condiciones están dispuestas a contratar a más trabajadores... aportando a la reducción del desempleo.
La supuesta escasez de mano de obra
No son solo Amazon y Target. Cada vez más empresas, sobre todo en el sector servicios, aumentan el salario por hora. Se quejan de que los trabajadores prefieren recibir prestaciones de desempleo y que, por lo tanto, hay que aumentar los salarios para hacerles trabajar, como les sugería Biden.
Se quejan de que los trabajadores despedidos durante el confinamiento [recibieron 600 dólares a la semana, además de las prestaciones de desempleo a las que tenían derecho](https://www.cbpp.org/research/federal-budget/cares-act-measures-strengthening-unemployment-insurance-should-continue#:~:text=Federal%20Pandemic%20Unemployment%20Compensation%20(FPUC,Act%20measures%2C%20through%20July%2031.&text=Regular%20state%20benefits%20generally%20replace,the%20average%20unemployed%20worker%27s%20earnings.). Y ésto supera los ingresos semanales anteriores de muchos de los trabajadores más precarios. De hecho, es lo que ganaría un trabajador a tiempo completo con un salario de 15 dólares por hora.
Pero ese programa terminó a finales de julio del año pasado y un año después, incluso tras la vacunación masiva y la reapertura de las empresas, los empresarios siguen quejándose de la escasez de mano de obra, especialmente en el sector servicios. Ahora dicen que la Ley del Plan de Rescate Americano de 2021 tampoco ayudó porque proporcionó hasta hace poco 300 dólares semanales de ayuda al desempleo en muchos estados.
Por eso no faltan propuestas para superar la escasez de mano de obra... como proporcionar viviendas asequibles cerca de los centros de trabajo o hacer que el transporte público sea eficaz y barato. Pero la forma más eficaz que han encontrado las empresas para atraer mano de obra ha sido... aumentar los salarios.
Es lo que vemos en grandes empresas como Southwest Airlines, que estaba perdiendo trabajadores. Incluso McDonald's, que durante mucho tiempo se ha basado en salarios extremadamente bajos y en una mano de obra muy flexible y desechable, ha aumentado sus retribuciones.
El pánico a la subida salarial
La Reserva Federal ha sido la primera en perder los nervios ante el temor a una subida general de salarios. La flemática gobernadora de la FED, Hellen Yellen, se precipitó anunciando una subida de tipos de interés -que hubiera drenado en parte el flujo de capitales del Pacto Verde- solo para retractarse casi inmediatamente... al descubrir que la inflación... no era tan negativa para la productividad en términos de ganancia. A fin de cuentas se está comiendo las subidas salariales, y el salario mínimo real, descontado la inflación, ha bajado significativamente y sigue estando muy por debajo del de 1968.
Pero no fue la única en entrar en pánico. La prensa, especialmente la que está vinculada al partido republicano que representa a los intereses sureños que históricamente han dependido de costes laborales más bajos que el Norte, proclama que el aumento de los salarios es el causante de la inflación y que su efecto no puede ser otro que un aumento del desempleo.
Según los expertos -racistas y clasistas como ellos solos- que aparecen en Fox News, las minorías marginadas, los jóvenes y los trabajadores pobres sin formación «no se merecen»15 dólares por hora trabajada y están condenados a quedarse sin empleo si su fuerza de trabajo se vuelve demasiado cara.
La realidad es que el salario mínimo ha permanecido estancado durante más de una década, mientras que la inflación ha ido erosionando los salarios de los trabajadores. El éxito del crecimiento estadounidense (=la acumulación) se ha basado en una constante transferencia de rentas del trabajo al capital. Y hemos llegado a un punto en el que hasta los capitalistas se dan cuenta de que el actual salario mínimo federal es incapaz de proporcionar la subsistencia básica... y que esto perjudica a los negocios.
Pero, por supuesto, esto no impide a las empresas buscar formas de reducir los costes laborales tras captar mano de obra mediante la promesa de un salario más alto... después de todo, EEUU no puede quedarse atrás y, por tanto, no pueden sacrificar los beneficios ni siquiera a corto plazo. Así que, a nivel macro, aunque tengan dudas sobre como calibrar la inflación, todo apunta a que van a seguir utilizándola como parte de una estrategia más amplia para succionar rentas al trabajo: el Green New Deal de Biden.
Lo que viene: sindicatos, New Green Deal e inflación
Los sindicatos de EEUU, que hasta ahora se caracterizaban por su escaso protagonismo en la arquitectura institucional y política, están tomado fuerza con la presidencia Biden. Ahora tienen puestas sus esperanzas en una Ley PRO, que derogará las leyes de derecho al trabajo, que debilitan tanto la capacidad de los sindicatos de ampliar su influencia, como de obligar a todos los trabajadores de un centro de trabajo sindicalizado a pagar cuotas sindicales (la principal vía de financiación sindical en EEUU) aunque no formen parte del sindicato.
Por otro lado, los sindicatos están promoviendo la reducción de la jornada. Una de las razones que dan es el Green New Deal y el efecto que inevitablemente va a producir en el empleo. Dan por hecha la reducción de poder de compra de los trabajadores que va a suponer y plantean exigir formas de mitigar esta pérdida de salario, como, por ejemplo, ofrecer subsidios de desempleo parciales y temporales o dividendos del ocio a los parados a través de un mecanismo similar al de los dividendos de CO2.
Por eso también se hace tanto hincapié en la vinculación de los sindicatos con el Green New Deal. La pérdida masiva de puestos de trabajo, de horas, y de capacidad real de consumo que el Green New Deal supone para los trabajadores genera contradicciones para el propio capital estadounidense. La principal es que amenaza la paz laboral. La segunda que reducirá irremediablemente la capacidad de consumo de buena parte de sus propios clientes haciéndoles mucho más pobres.
Los sindicatos se postulan como medio para mitigar ambos problemas, de modo que el plan pueda llevarse a cabo con la mayor fluidez posible. Pero no hay mitigación que resuelva la contradicción esencial: el objetivo del Pacto Verde es transferir rentas del trabajo al capital para reanimar la acumulación... al tiempo que restringe el mercado interno.