
Alemania y Francia intentaron esta semana recuperar liderazgo sobre el desarrollo y los objetivos de la guerra de Ucrania. Tuvieron que aceptar elevar de nuevo las contradicciones internas de la UE con tal de mandar un mensaje a Washington, Londres y Moscú en vísperas de la cumbre OTAN. Pero por mucho que lo vistan de «justicia» frente a «paz», ni sus supestas aspiraciones justicieras van más allá de eternizar la matanza ni sus «esfuerzos de paz» tienen otro objetivo que tomar aire en una guerra económica que les ha salido mal.