Oleada de huelgas en Irán
El ascenso de las huelgas que estamos detectando en todo el mundo llega ahora a Irán, donde desde diciembre de 2017 se han desarrollado al menos tres oleadas de luchas.
Los trabajadores iraníes vuelven a ponerse en marcha. Durante el mes pasado hubo huelgas en servicios municipales, una mina de Kermán y en hospitales. El fenómeno ha ido en aumento cuando la semana pasada la huelga en el campo petrolífero de Azadegan Norte sirvió de prólogo a la entrada en lucha de seis refinerías y un campo de petróleo en Abadán y la región de Persia. A estas huelgas también se sumaron los trabajadores de la fábrica de maquinaria pesada Hepco.
Los trabajadores exigen el pago de salarios atrasados, condiciones mínimas de trabajo y una reducción de la jornada. En estos momentos tienen que trabajar a 50º de temperatura. Hace menos de una semana un trabajador murió reventado de calor en una petroquímica. Otro se suicidaba ante la negativa de la empresa a pagar los retrasos. En ese ambiente ya cargado, las amenazas de despidos fueron la chispa que precipitó las luchas. Desde entonces no han dejado de unirse nuevos centros de trabajo. Y las manifestaciones de trabajadores hacia y desde los campos y zonas industriales están tomando masividad.
No son solo los petroleros y las regiones con industria de hidrocarburos. Hoy, en la otra punta del país estallaba una huelga de conductores de autobús y un foco histórico ya como la planta azucarera de Haft Tappeh, lleva cincuenta días en huelga.