Communia

Francia y Alemania han pactado un acuerdo de última hora. La prensa alemana señala que la diplomacia alemana puso toda la carne en el asador, comenzando por la mismísima canciller Merkel y publica ya los términos del acuerdo.

Se aplica la normativa europea y Gazprom no podrá tener la distribución. Pero la intervención en nombre de la UE la hará el regulador alemán, no el europeo, con lo que el estado alemán acabará imponiendo sus condiciones a Rusia y pagando un precio mayor por el gas... lo que hará competivivo como complemento el gas licuado estadounidense, más caro. Por eso frente a los socios europeos, Merkel da promesas no cuantificadas de diversificación. A la espera de la negociación con Rusia, se trata de un triunfo parcial alemán, una llamada de atención francesa... y una derrota norteamericana. Y según la televisión pública alemana... el fin del tandem entre los dos países en el gobierno de Europa y el comienzo de una «lucha a codazos» por la dirección de la UE. A día de hoy, Macron no quiere aparecer con Merkel en público y los objetivos de la diplomacia francesa incluyen «mostrar quién va en el asiento del conductor» de la Unión.