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¿No hay noticias en agosto?

03/08/2020 | Actualidad

Un resumen rápido de noticias del día para evitar ser desconectado de la realidad por los medios.

La pandemia está cada vez más pletórica. Los casos censados se duplican cada seis semanas. Solo en África se han registrado ya un millón de contagios y 200.000 muertes. En EEUU se anuncia una nueva fase al extenderse los contagios en zonas rurales. Manila y Melburne son hoy ya ciudades confinadas. En Argentina se superan los 200.000 casos y aumentan las restricciones. Brasil sigue a un ritmo de más de 500 muertes diarias y tuvo 24.746 infectados en las últimas 24 horas. En la España de la nueva normalidad, los contagios se cuadruplicaron en el último mes y la segunda ola pandémica se da tan claramente por cierta que en vez de aprovechar agosto para nuevos confinamientos se refuerzan los dispositivos militares de emergencia y se crea un aparato estatal específico para gestionarla.

La crisis se profundiza. Una y otra vez se adelantan antes de tiempo el desconfinamiento laboral para salvar inversiones en vez de vidas. Y al final ni unas ni otras. HSBC el banco que ha sido la punta de lanza del capital británico en Asia, redujo sus beneficios en un 65% y ve venir una oleada de morosidad y préstamos incobrables.

Países enteros, otrora modelos regionales, como Líbano están en caída libre. En Argentina la incertidumbre restringe aun más el consumo profundizando la recesión mientras el gobierno intenta llegar a un acuerdo agónico con el FMI y los grandes fondos acreedores.

En España, donde la noticia del día es la caída de la afluencia de turistas en un 97,7% durante junio, la recesión ha dejado ya más de 1.148.000 hogares con todos sus miembros en paro, la demanda de comedores sociales se multiplicó por cinco y más de 32.000 personas murieron tramitando beneficios de dependencia mientras esperaban a la burocracia. Un buen ejemplo de hasta dónde llegaba el no dejaremos a nadie atrás del gobierno PSOE-Podemos.

Porque lo que viene es aun peor y no se molestan en ocultarlo ni endulzarlo. El gobernador del Banco de España urge día sí y día también a nuevas reformas precarizadoras mientras empieza a lanzar mensajes en preparación de un posible nuevo rescate de la banca, seguramente disfrazado de fusiones y privatizaciones de al menos parte del sistema de pensiones.

Rapiña entre capitales y espíritu de guerra al alza. Tras la amenaza de Trump de prohibir la app china TikTok, Microsoft vio el cielo abierto para comprar la app más popular entre adolescentes a precio de derribo. La jugada es todo un modelo de la renacionalización de colocaciones de capital al estilo Trump. Dato interesante, la oferta de Microsoft no se limita a EEUU, sino que se extiende a Canadá, Australia y Nueva Zelanda, es decir a cuatro de los cinco ojos del naciente bloque anglosajón.

Ojalá se limitaran a apps. La competencia de capitales toma formas cada vez más violentas y amenaza con llevar el horror a nuevos escenarios. China y EEUU compiten cada vez con más ferocidad por Afganistán, subitamente convertido en una pieza geoestratégica clave para la salida de las exportaciones chinas. En Indonesia la misma competencia toma formas cada vez más violentas entre el gobierno y la insurgencia stalinista. En la península indochina EEUU azuza a los gobiernos y a los campesinos contra las represas chinas a las que culpa de las sequías en el delta del Mekong. China, por su lado, lanzará inmediatamente una serie de maniobras de ejército y armada para tomar el control efectivo de una serie islas en disputa hoy en manos de Taiwan.

En Europa, el conflicto no queda lejos tampoco. El gobierno alemán va tomando un discurso anti-China cada vez más nítido, usando Hong Kong y acusando a China de subvertir su control sobre la UE. En Bruselas, un Borrell convertido en Mr PESC, toma un tono cada vez más belicoso. Y Gran Bretaña intenta el apoyo de EEUU para desarrollar nuevas ojivas nucleares para los misiles Trident.

La esterilidad y la inhumanidad reaccionaria de la revuelta pequeño burguesa no pierde un solo día la oportunidad de manifestarse. En Francia la pequeña burguesía agraria y los grandes propietarios pelean entre sí por determinar cuánto de la cosecha de uva champanera destruyen este año. Son las guerras del Champán y parece que por primera vez desde los años cuarenta se va a llegar a la vendimia sin acuerdo. Ambos lados quieren destruir producción para elevar precios y aumentar márgenes. Pero las estructuras de costes y la capitalización no son ni mucho menos idénticas y de ahí esta guerra en la que, una vez más, ambos bandos pelean por ver quién es más reaccionario y destruye más producto del esfuerzo social para engordar un poquito más a su capital.

Pero ha sido seguramente en Alemania donde el espíritu reaccionario de la pequeña burguesía se ha visto con más claridad este fin de semana. Las manifestaciones contra el uso obligatorio de las mascarillas aunaron a anarquistas y ultraderechistas en un verdadero éxito de convocatoria en Berlín. Conforme la crisis avanza esta clase social se radicaliza en su negación del principio de realidad y en demostraciones de desobediencia civil absolutamente estériles políticamente pero que dan para horas y horas de comentarios televisivos. Al final, como en la propia Alemania, no tienen otro horizonte que la instrumentalización por rivales imperialistas de la burguesía nacional, como en Bulgaria o su reciclaje en ultra-nacionalismo expansionista como en China.

La alternativa está en otra clase social, con otra perspectiva y métodos muy distintos de lucha. Y está en fase germinal... pero prometedora.