Movilizaciones de trabajadores en Oriente Medio
Toda la prensa del mundo comentó el referendum de independencia del Kurdistán iraquí el pasado septiembre. Con mayor o menor acuerdo sobre su «oportunidad» política, al final todos celebraban la «voluntad del pueblo» y la «unidad nacional» no sin cierta envidia. Pero en realidad se trató de otra «independencia fake», un intento de la burguesía kurda por ganar tiempo y mantener bien sujeta a la población en su particular día de la marmota. La respuesta del gobierno iraquí fue hacer retroceder de facto la frontera bajo su control y tomar el control directo de los grandes campos de petroleo alrededor de Kirkuk. A partir de ahí comenzó lo interesante.
Primero fueron movilizaciones espontáneas de los trabajadores del petroleo a las que se sumaron parados y trabajadores públicos a los que el gobierno -privado de la renta petrolera- había dejado sin pagar. La dimisión del primer ministro no consiguió parar una cólera que ya iba in crescendo. Las manifestaciones se dirigieron pronto contra el aparato político de la burguesía kurda como un todo: las sedes de los cinco partidos kurdos fueron quemadas por la multitud. A eso ha seguido una represión sanguinaria.
Del curso de las movilizaciones tras las primeras olas de represión no sabemos más porque desde el día 19 no hemos encontrado noticias en los medios internacionales. Pero el día 28, solo dos semanas después, empezaron a colarse vídeos por youtube como este:
Al otro lado de la frontera, en Kermanash, Kurdistán iraní, habían comenzado manifestaciones espontáneas contra el alza de precios, el desempleo y la corrupción que se expandieron casi inmediatamente a Mashad y a Teherán. Aunque el estado iraní optó al principio por una represión suave, el caso es que llevan ya dos días y siguen tomando fuerza, pasando de la calle a las empresas y las fábricas y convirtiéndose en oleada de huelgas políticas por fuera y en oposición al sindicalismo oficial.
Irán potencia imperialista
La burguesía iraní se haya en un momento crítico. El acuerdo nuclear firmado con Obama le abría mercados y le permitía compras estratégicas en el exterior. Trump lo denunció e inició el curso de su cancelación por EEUU. Sin embargo, las divisiones en el seno de la burguesía americana son tan brutales que el Senado, con mayoría republicana, dejó pasar los plazos sin hacer efectiva la promesa del presidente. Pero esto tampoco aportó mucha tranquilidad en el poder iraní. Empantanado en una guerra por parte interpuesta con los saudíes en Yemen y con tropas desplegadas en Siria junto a la frontera israelí, lleva meses aumentando una y otra vez las apuestas y estrechando su alianza con Rusia, Turquía y Qatar por un lado, con China por otro y con Francia y Alemania por otro. Este juego expansionista está alimentando la tensión regional. Entre otras consecuencias ha acelerado el cambio de liderazgo en Arabia Saudí hacia los sectores más belicistas, representados por el príncipe Salman.
Una fuerza en la cuna... que puede cambiarlo todo
¿Quién paga el militarismo y los costes de la expansión imperial iraní? Obviamente los trabajadores. La pérdida de poder adquisitivo, el desempleo crónico que no cesa y el agravamiento de problemas endémicos como el del acceso a la vivienda, caen fundamentalmente sobre sus espaldas. También, en parte, sobre la pequeña burguesía. La aparición de consignas contra la corrupción en las manifestaciones teheraníes lo atestigua. Esto es, en este momento, una debilidad. Un estado iraní «honrado» no sería menos imperialista que el actual ni dejaría de estar abocado a atacar a los trabajadores. Lo mismo puede decirse en el Kurdistán iraquí.
Todavía no podemos aventurar más. No sabemos si ha habido conatos de organización independiente, si huelgas y manifestaciones tienen algún tipo de coordinación o son solo movimientos callejeros. Es posible que haya habido conatos, pero la información no puede llegar más coja ni filtrada. En todo caso parece que la clase obrera empieza a despertar y mostrar una tendencia a actuar políticamente de forma independiente del estado y la burguesía, por encima de fronteras nacionales, lingüísticas y étnicas. Y en un lugar que es, hoy por hoy, el centro del conflicto imperialista global. Y éso, aunque de momento no avance a más, es ya un salto cualitativo importantísimo. Empieza a despuntar una fuerza capaz de cambiarlo todo.
Actualización 30 de diciembre noche
https://twitter.com/Nuevo\_Curso/status/947259848617611264
Esto Isfahan, centro tecnológico y capital de la cultura persa pic.twitter.com/ECZZZQH4T5
— Nuevo Curso (@Nuevo_Curso) 31 de diciembre de 2017
Esto Arak, zona petrolera también, pero en la parte árabe del país pic.twitter.com/x3QZYuuvDE
— Nuevo Curso (@Nuevo_Curso) 31 de diciembre de 2017
Esto Zanjan, como véis no es una cosita minoritaria ni una noticia fake de la propaganda mediática. pic.twitter.com/852mNh3w9u
— Nuevo Curso (@Nuevo_Curso) 31 de diciembre de 2017
La gente se juega la vida al hacer huelga y ni hablemos en la calle, atacando los símbolos del estado: Descuelgan carteles del «lider de la revolución», consignas oficiales, según la agencia ultra-conservadora iraní hasta queman banderas nacionales... pic.twitter.com/9bziNimwDJ
— Nuevo Curso (@Nuevo_Curso) 31 de diciembre de 2017
En Shiraz podemos ver como arrancan el cartel laudatorio de Qaseem Soleimani, el general de los cuerpos iraníes y de Hizbollah en Siria, símbolo del militarismo y el imperialismo de la ultraderecha clerical pic.twitter.com/tviMzt6SCv
— Nuevo Curso (@Nuevo_Curso) 31 de diciembre de 2017
Y para cerrar y que veáis que no hay barrio o ciudad obrera que no se haya levantado: Bandar Abbas... pic.twitter.com/RRq7zzpu3J
— Nuevo Curso (@Nuevo_Curso) 31 de diciembre de 2017
...y Teherán, capital del país. pic.twitter.com/dDnxnRACdH
— Nuevo Curso (@Nuevo_Curso) 31 de diciembre de 2017