Las maquilas mexicanas vuelven a la huelga
Las maquilas mexicanas, protagonistas de la mayor huelga de masas del año pasado en el mundo, vuelven a la huelga. Lo hacen fuera de los sindicatos y su plataforma de lucha es la versión más clara de las consignas que movilizan a centenares de empresas en todo el mundo en estos días.
Conforme el confinamiento se extendía por el mundo y la demanda energética se reducía, bajando los precios del petróleo, más claro parecía que la «cuarta transformación» de AMLO tenía los días contados y que el principio presupuestario de no generar deuda pública ni en los planes de emergencia iba a salir realmente caro. Siempre lo es abandonar a la mayor parte de la población a su suerte. El lumpen, a estas alturas la facción más sensible socialmente del capital mexicano, vio su oportunidad. Es el momento en el que pueden mostrarse como sustitutivos efectivos del estado. La imagen medio patética medio compadre de AMLO, pidiéndole a los cárteles que no distribuyeran ayuda pero que dejaran de matar acabó de pintar el cuadro de una burguesía y un estado cuya última palabra es siempre la imposición del dominio violento y el desamparo.
Pero el estallido de huelgas en las maquiladoras de Ciudad Juárez y de ahí a Mexicali, Matamoros, Nogales y Gomez Palacio hasta sumar más de 30 grandes empresas ha mostrado una alternativa universal: cierre de la producción no esencial, pago completo de salarios a los trabajadores si las plantas cierran, y servicios sanitarios, medidas de protección y abastecimiento alimentario y de consumos básicos para todos.
El sentido universal de la lucha quedó claro cuando EEUU empezó a presionar a México para que el gobierno forzara la reapertura de las maquiladoras. La industria militar ha llegado a amenazar con repatriar la producción si las fábricas de Chihuahua no reabren inmediatamente.
Es el momento en el que los trabajadores de las plantas estadounidenses de la industria militar deberían romper también el cerco sindical y unirse a la lucha bajo la misma plataforma, que describe y define sus intereses con tanta claridad como para sus compañeros mexicanos. Pero el bloqueo informativo en EEUU sobre unas huelgas que están integradas totalmente en su industria, es aun más efectivo que el de los medios mexicanos. A fin de cuentas responden a los mismos intereses.
Pocos casos tan claros de la necesidad de que los trabajadores más consciencia de conscientes se organicen políticamente y actúen centralizadamente de forma global. No se trata de juntarnos para felicitarnos por habernos dado cuenta de que vivimos en un sistema anti-histórico y anti-humano, el objetivo no es ser más listos que nadie ni versionar Matrix; no se trata de pensar que lo hacemos mejor por hacer los mejores seminarios, no somos una universidad popular. Se trata de ser útiles a las luchas reales de nuestro tiempo. Y no hay pocas.