Las huelgas vuelven a Janaozen diez años después de la masacre
Hace diez años, una huelga que se había extendido por Kazajistán desde la costa del mar Caspio fue aplastada violentamente por la policía en Janaozen dejando más de 17 muertos. Esto dejó a los trabajadores en silencio durante años, pero este año las huelgas en el sector petrolero y gasístico han ido creciendo por las regiones kazajas y han vuelto a estallar varias huelgas simultáneas en Janaozen, repartidas ahora entre más empresas. Si consiguen mayor coordinación y centralización que la última vez, los huelguistas tendrán mejores cartas contra las empresas que los explotan, así como contra la represión estatal.
Las huelgas de Janaozen en 2011
En 2011 una huelga estalló en las empresas petrolíferas de la costa del Caspio. Primero en la empresa Ersai de la ciudad de Aktau y luego se extendió a la principal empresa de Aktau, la Karazhanbasmunai. Esta última empresa se ocupa de los campos de petróleo y gas de la región, y la huelga fue extendiéndose de uno a otro hasta llegar a una pequeña ciudad a 100 km de la costa, Janaozen. Los trabajadores de la empresa de gas local, Ozenmunaigaz, se unieron a la huelga inmediatamente.
Sin embargo, la huelga fue rápidamente aislada y los trabajadores se vieron acorralados por las fuerzas represivas en la ciudad. Se instalaron en sus yurtas en la plaza mayor de Janaozen y resistieron durante meses a las amenazas y a los asesinatos de trabajadores y de miembros de sus familias.
En diciembre de 2011, ocho meses después del inicio de la huelga, la policía antidisturbios cargó contra los huelguistas en plena fiesta nacional disparando con fuego real contra trabajadores y viandantes. Esto dejó como mínimo 17 muertos y centenares de detenidos y torturados por atentar contra el orden público. La ciudad se sumió en el silencio durante años y se siguió deteniendo y presionando a cualquiera, local o extranjero, que hiciese demasiadas preguntas sobre lo ocurrido.
Una nueva oleada de luchas llega a Janaozen
Sin embargo, la situación está cambiando respecto a la actividad de los trabajadores. Desde el año pasado han ido estallando huelgas por todo el cinturón petrolero y gasístico que rodea a Rusia: desde huelgas salvajes en el Amur hasta docenas de huelgas en los campos kazajos. Y es en estos donde empieza el movimiento de huelgas que ha desencadenado las huelgas de estas semanas en Janaozen.
Las huelgas en el sector de los hidrocarburos kazajo han estallado en su gran mayoría en la mitad oeste del país, la más deprimida y olvidada económicamente, aunque no empezaron en la costa caspia. Las huelgas se concentraban a principios de año en Aktobe y Aksay, en el interior y junto a la frontera con Rusia.
Aunque a veces sumaran a trabajadores de las grandes empresas estatales, la mayor parte de estas huelgas nacían entre trabajadores de empresas de servicios de todo tipo que suplen a las grandes: técnicos, mecánicos, conductores. Las huelgas decayeron algo en primavera, pero aún había huelgas en Aktobe entre abril y mayo.
Fue en junio cuando las huelgas se extendieron a la costa del Caspio y volvieron a Janaozen. De manera similar a los campos del norte del país, estallaron en las empresas que prestan servicios a la estatal Ozenmunaigaz. Las convocatorias se sucedieron al principio con cuentagotas.
Una huelga estalló en la KEZBI en junio. Según denunciaron los huelguistas, la respuesta de los medios locales fue confundir y mentir diciendo que sus peticiones habían sido cumplidas cuando éstas aún quedaban pendientes. Luego llegaron los políticos de gira a hacerse la foto con los huelguistas e insistir que ellos eran sus «representantes».
Para sorpresa de muchos, los huelguistas mandaron a los políticos por donde habían venido, señalando que algo había cambiado en los planteamientos de los huelguistas. Una semana más tarde estalló una huelga en la empresa de seguridad de los campos de Ozenmunaigaz, la KMG-Security. Más de un millar de los 1200 empleados de la empresa se pusieron en huelga y la empresa contrató a un oficial de policía jubilado para amenazar a los huelguistas. Mientras, la empresa anunciaba que quería despedir a la mitad de la plantilla para «subirle el salario a los restantes». Los huelguistas mantuvieron la huelga y han acabado torciéndole el brazo a la empresa la semana pasada.
A partir de finales de la semana pasada, las huelgas han ido estallando más rápido y en paralelo en otras empresas, por ejemplo, los transportistas asalariados de la MuniSpetSnab fueron a huelga y acto seguido la empresa contrató a esquiroles para sustituirlos. Sin rendirse, los trabajadores volvieron a montar sus yurtas en la plaza mayor de Janaozen y allí siguen, donde la gente de la ciudad les trae comida para que sigan su lucha. Los transportistas trabajan bajo condiciones laborales atroces, expuestos a productos tóxicos y tienen que comprar sus propias piezas de recambio:
Conduzco una furgoneta GAZelle. Los sábados trabajo hasta la hora de comer. Tengo un solo día libre. Cobro entre 70 y 80 mil tenge [150 euros]. El trabajo de los chicos locales es aún más duro. Salen día y noche. El empresario dice: «¿De dónde podemos sacar dinero para ti?Nuestra empresa es rentable. Vemos que el dinero entra cada mes. Ya sabes a dónde va a parar: pasa por tres o cuatro personas. Y compramos las piezas de recambio a nuestro cargo. Hay muchos problemas».
Hacia una huelga de masas en Janaozen
Este lunes, los trabajadores de dos empresas de servicios más se han declarado en huelga, los transportistas de la Kunan Holdings y los técnicos geofísicos de la BatysGeofyzService. Los trabajadores han marchado para unirse con los huelguistas de la MuniSpetSnab bajo las yurtas. Más trabajadores se unieron ayer, cuando los operarios de la recogida de basuras y limpieza pública de Janaozen se declararon en huelga.
Ahora mismo hay trabajadores de media docena de empresas acampados en asamblea permanente y abierta, incorporando a trabajadores de sectores que siguen en aparente normalidad. Todo apunta a que estamos en los primeros momentos de una huelga de masas espontáneamente auto-organizada y centralizada en una asamblea abierta de trabajadores en Janaozen.