Huelga en General Motors
Desde la medianoche del lunes, los trabajadores de las plantas de General Motors en EEUU están convocados a la que podría convertirse en la mayor huelga industrial en el país en una década. 50.000 de ellos están hoy en huelga.
Los sindicatos supeditan las necesidades de los trabajadores a la ganancia de la empresa
La convocatoria la firma un viejo sindicato, «United Auto Workers» (UAW). Reclama mejoras salariales, en acceso a la salud y el fin del sistema doble de salarios, que divide a los trabajadores de varias plantas en «antiguos» -con el salario pactado- y «nuevos» con un salario notoriamente menor. La consigna sindical es «We stood up for GM when they needed us», es decir, que se «sacrificaron» por GM cuando ésta los necesitaba y que ahora quieren que se les «devuelva el favor».
La consigna pedigüeña y pelota blanquea que fue UAW quien aceptó y justificó como «necesario» el sistema doble de salarios en 2007, para «salvar a la empresa». En 2015, UAW -bajo la presión de sus bases- entró en negociaciones con GM para que retirara el sistema argumentando que «los beneficios eran lo suficientemente elevados». Y como no podía ser de otra manera partiendo de planteamientos que ponen las ganancias del capital por delante de las necesidades humanas reivindicadas por los trabajadores, el resultado no sólo no fue la retirada del sistema de doble salario, sino la entrada en vigor en 2015 de un sistema de triple salario en varias plantas, como la de Lansing, que están hoy en huelga. Los trabajadores de este tercer nivel de salarios apenas ganaban 11 dólares por hora.
Los sindicatos de las empresas alrededor de la producción de GM a su vez, muestran intereses fragmentarios y contradictorios por defender las empresas donde están instalados y no a los intereses de la clase. Algún sindicato, como el de Teamsters -los camioneros que reparten los vehículos producidos por GM- muestran solidaridad con la huelga de UAW. Otros, como Unifor en Canadá, que se ocupa de las fábricas canadienses de GM, no encuentran nada mejor que decir que comprenden la huelga en EEUU, pero que «causará despidos temporales» en su plantilla si se alarga.
Es decir, no es solo el UAW el que debilita la propia lucha desde su origen: los sindicatos en su conjunto muestran abiertamente su función como encuadradores de los trabajadores para las necesidades de la empresa y la acumulación, empresa a empresa y en conjunto.
Los trabajadores luchan por necesidades universales
Los trabajadores, cuando se les pregunta directamente, se refieren no sólo a los salarios como individuos, sino que muestran claramente su indignación por ser fragmentados en grupos de salario distinto y su reducido acceso a necesidades básicas como la salud. Akers, un trabajador que lleva tres años y medio en GM declaraba:
Trabajo justo enfrente de un empleado temporal que ha estado allí durante dos años y medio». Yo instalo el faro del lado del pasajero. El instala el faro del lado del conductor. Yo gano más dinero que él. Tengo mejor seguro médico que él. No es justo. Eso no está bien. Si vas a pagar a la gente para que haga un trabajo, págales a todos de la misma manera.
Los trabajadores que se han unido a los piquetes organizados por UAW afirmaban por su parte:
Estamos aquí por la seguridad en el trabajo, por condiciones de trabajo seguras, atención médica. Básicamente estamos aquí para apoyar los derechos de los trabajadores. Esperamos una huelga corta, pero estamos preparados para lo que sea.
No es la dirección del sindicato, es la dirección por sindicatos
En un país con una larga historia de sindicatos corruptos, uno de los atractivos de la UAW es que se trata de un sindicato «limpio». Como si la honestidad personal de los burócratas garantizara que sus posiciones políticas fueran a servir a los intereses de los trabajadores. Sin embargo, la UAW no ha hecho más que demostrar en toda su historia que hará tragar los intereses del capital -es decir la rentabilidad de la empresa- por delante de las necesidades de los trabajadores, como ya hicieron en 2007 y 2015. Escándalos con el FBI aparte, éste es un problema de todos los sindicatos: la lógica sindical, la esencia misma de lo que es un sindicato, les convierte en encuadradores de los trabajadores y su fuerza de trabajo. Ni UAW ni otro sindicato, por «limpio» que fuera, supondría realmente mejoras para los trabajadores en su conjunto, es decir, como clase.
La dirección de la lucha por sindicatos garantiza que...
...siga en pie una idea fundamental que fue causa en parte y en parte reflejo, de la derrota de las luchas de los 70 y 80: «la lucha de los trabajadores solo tiene opciones cuando hay beneficios para el capital»; es decir que «la lucha no es viable frente a un uso concreto del capital que no sea rentable». Bajo esta formulación se esconde la supeditación de la necesidad a los resultados de la acumulación, de la Humanidad y el trabajo frente al capital. Es un veneno mortal que sigue activo y que se levanta sobre una ilusión mil veces promovida por el estado, la burguesía y el izquierdismo: tomar las divisiones funcionales del capital en empresas y aplicaciones del capital, por entes independientes entre sí, como si el capitalismo fuera algo que ocurriera en la empresa y no en la sociedad, como si el sistema no fuera tal sino la mera suma, la agregación de explotaciones particulares. Ni la acumulación y la explotación ni las necesidades humanas, se dirimen empresa a empresa, sino en el resultado económico, social y político de conjunto de la explotación de una clase por otra como un todo.
¿Por dónde seguir?
Las propias respuestas de los trabajadores de GM cuando se les pregunta directamente y no a sus supuestos «representantes», prefiguran una vía adelante. Cuando luchan contra la división de los trabajadores por niveles de salario están afirmando la necesidad de la unidad de la clase en su lucha.
El encuadramiento sindical divide y supedita a la clase para esclavizarla a las necesidades de un capital cada vez más ansioso por recuperar márgenes a nuestra costa. Los trabajadores debemos juntarnos en nuestros propios órganos independientes dentro de las empresas, por encima de barreras de salario, afiliación y fronteras. Asambleas soberanas y comités que puedan pasar por encima de las divisiones que nos imponen y coordinarse por encima de la división entre empresas. Solo organizándonos por nosotros mismos y luchando bajo una dirección supeditada a la asamblea de todos -sin excepciones por categoría, tipo de contrato o subcontratador- podremos establecer el principio básico que permite avanzar hoy: las necesidades generales reivindicadas por los trabajadores están por encima de los resultados del capital. Es su problema si no venden suficiente, no es nuestro. Qué nos importa si «la economía» les va mejor o peor a sus inversiones, nos negamos a ser los pavos a sacrificar satisfaciendo el dividendo antes de responder a las necesidades humanas generales.