Hacia una organización de jóvenes internacionalistas
Publicamos un llamamiento realizado por un grupo de jóvenes internacionalistas, en su mayoría estudiantes, agrupados en España en torno a las posiciones de Emancipación. Un primer paso hacia una organización internacionalista de jóvenes y estudiantes que saludamos y animamos.
Como vemos en el gráfico de arriba, en España los estudiantes universitarios son el grupo mayoritario entre los menores de 25 años, casi un 35% del total. El crecimiento del número de estudiantes ha ido lógicamente parejo a un aumento de la edad media de emancipación, que se ha retrasado hasta los 29 años. A los 25 años, según el INE, solo un 36,72% de los jóvenes están trabajando o buscando trabajo.
Todos estos cambios son resultado de una crisis sin fin que entre otras cosas se materializa en la incapacidad del capitalismo para explotarnos a todos. Como resultado, la definición misma de «juventud» se ha transformado para las distintas clases. Mientras la juventud pequeñoburguesa se define...
...entre los 14 y los 30 años cuando antes lo era entre los 16 y los 23. Si antes se consideraba a los jóvenes en transición hacia el trabajo, ahora se les entiende ajenos a él y en general, dependientes económicamente de sus padres en mayor o menor grado. La consideración de este nuevo perfil, es la de un adulto a tiempo parcial cuyas experiencias vitales se confinan a las relaciones interpersonales y vivencias «turistificadas» compradas en el mercado -cursos, viajes, aventuras- preparadas especialmente para no dañar su identidad o su esencia con los terrores del mundo material.
Sin embargo en la clase trabajadora, los jóvenes...
...viven acosados en un mundo laboral que reduce toda su capacidad de elección a elegir entre quedarse con los padres en barrios que se degradan por semanas y vivir en mini-casas tan miserables como los contratos y las perspectivas laborales que las acompañan. Si el capitalismo da cada vez menos lugar a los jóvenes, no es por los vacíos existenciales del primer perfil, el que nos cuentan los medios. Sino porque el segundo, al que invisibilizan, es la gran mayoría y sus necesidades materiales chocan directamente con él.
Las condiciones para una organización juvenil
Los hijos estudiantes de familias trabajadoras forman una capa borrosa y especialmente débil en las fronteras de la clase. No solo son más débiles por su posición social, separada forzosamente de un trabajo que será, en el mejor de los casos, precarizado. La actividad principal de la gran mayoría de ellos es someterse a un bombardeo ideológico permanente en universidades que rechazan abiertamente a quienes tienen un trabajo. Los demás estudiarán en centros de formación profesional a menudo caducos que les entrenan para oficios en desaparición o con condiciones laborales infames. Pero la universidad tampoco ofrece un futuro prometedor para los que no vengan con agenda de casa. Cuando los universitarios acaben, una buena parte se unirá al 1.400.000 becarios, trabajadores precarios que en la mayoría de los casos rondan la mitad del salario mínimo. Los que tengan más suerte enlazarán trabajos temporales pagados al mínimo. Situación siempre mejor que la del que habiendo acabado los estudios apunta a parado de larga duración entreteniéndose con todo tipo de cursos de formación. El resultado, es que una buena parte de ellos llegará a la treintena viviendo todavía en casa de los padres, como un brote cuidado con mimo que el jardinero olvidó trasplantar al bancal y que apenas cabe ya en el tiesto.
Resulta claro que los jóvenes de clase trabajadora y en particular, dentro de éstos, los estudiantes, forman una capa específica con dificultades propias para integrarse en el movimiento de clase. Por eso saludamos y animamos la formación de grupos orientados a llevar las discusiones y la perspectiva comunista a su entorno. No para diluirla en debates muertos sobre «historia de las ideas» ni para alimentar una visión de la militancia como juego de rol o concurso de sectarismos como es típico en el izquierdismo universitario. Llevarla para, alentar una moral muy distinta que haga posible el aporte y por tanto la integración en el movimiento general que hoy, apenas comienza a despuntar de nuevo en todo el mundo.
El llamamiento recibido
Animamos a todos los jóvenes y estudiantes, que al leer el siguiente llamamiento se sientan concernidos y convocados por él a entrar en contacto con sus autores en:
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Llamamiento a los estudiantes y jóvenes internacionalistas
El presente texto ha sido escrito por un grupo de jóvenes que, ante el contexto actual tanto nacional como internacional, ha decidido lanzar un llamamiento a los jóvenes para que se reivindique una clara posición internacionalista ante los desafíos que se le presenta a la clase trabajadora en su conjunto. Es por ello que:
Entendemos que el principal enemigo de los jóvenes es el sistema capitalista y su influencia ideológica sobre nosotros. Es por ello que debemos señalar decididamente las campañas de las clases explotadoras y su intención de someter y guiar a los jóvenes bajo sus proyectos fracasados y destructivos.
Dentro de las ideologías que más influencia tienen sobre la juventud y que más directamente lleva a conformarse en un peón de los conflictos y carnicerías de las clases explotadoras es el nacionalismo. Es la denuncia sobre esta ideología y su influencia el principal motor que nos mueve a los jóvenes internacionalistas a movilizarnos para decir ya basta. Nuestro lugar no está en la trinchera de unos u otros explotadores. Nuestra lucha está junto a la emancipación de la clase trabajadora y por tanto la liberación de la humanidad.
En estos días señalamos especialmente los acontecimientos que han sucedido tanto en Cataluña como en toda España, donde muchos jóvenes han decidido marchar y defender los postulados del nacionalismo y por tanto de las clases explotadoras. Nada tenemos que ganar en ningún bando adornado bajo bandera nacional. El hoy y mañana para muchos de nosotros es el del trabajo precario y, como clase explotada, no existen verdaderos derechos y libertades, solo las relaciones sociales. Lo demás es variable a las necesidades del capitalismo y su poder estatal. Por un lado la cruda realidad social mientras que por otra parte son continuos los llamamientos a los frentes comunes con los explotadores y sus luchas suicidas. Nada ganamos como carne de cañón de aquellos que solo buscan su supervivencia como explotadores.
En Cataluña la cuestión de la lucha nacional, dirigida por una clase pequeñoburguesa racista y desquiciada, nos demuestra el callejón sin salida de la cuestión nacional. Luchar por una u otra nación no es luchar por unas libertades o unos derechos. En nuestra sociedad o se lucha por la clase de los explotadores o se lucha por la clase de los explotados. O se lucha por las naciones, la democracia de la porra, la libertad de reventarte en el trabajo, o se lucha por sepultar el orden de la explotación, por romper las cadenas del trabajo asalariado y por levantar la sociedad de la abundancia.
Pero Cataluña no es el único lugar donde se moviliza a los jóvenes bajo el nacionalismo. Tanto en España como en todo el mundo vemos como jóvenes y estudiantes son la vanguardia de movimientos confusos que no ocultan otra cosa que las luchas entre clases explotadoras y potencias imperialistas. Desde Hong Kong, Cataluña a Ecuador, vemos cómo la dirección política de la pequeña burguesía lleva a la nada, al disturbio por el disturbio, sin otro programa político que lo respalde que la sustitución de unos explotadores por otros.
No nos engañamos, somos conscientes de que la categoría de jóvenes y estudiantes no conforma una clase social, sino que es un conglomerado interclasista. Pero nosotros alzamos la voz, como internacionalistas e hijos de la clase trabajadora, trabajadores precarios del hoy y del mañana, para alertar a aquellos que como nosotros ven la necesidad del ¡ya basta! Es por ello que también queremos levantar las conciencias de aquellos jóvenes y estudiantes que creyendo que están luchando por una causa justa y por un mundo mejor, realmente están marchando bajo la sombra de aquellos que no ofrecen ningún futuro a la humanidad, solo la precariedad, la pobreza y la guerra.
En esta ocasión el detonante de la nueva oleada de protestas del nacionalismo catalán han sido las condenas a los líderes del procés. Muchos de los que han salido a la calle dicen estar en protesta contra el «recorte de libertades» o incluso una «fascistización del Estado», cuando en realidad están siendo la vanguardia de la pequeña burguesía en su lucha hacia ningún lado. Hemos visto como las manifestaciones que han tenido lugar estos días en varias partes de España se han convertido más bien en batallas campales de la radicalidad pequeñoburguesa contra el órgano ejecutor de la represión directa de la burguesía, la policía, que como no puede ser de otra manera está amparada por las leyes y la constitución del Estado democrático que dice representarnos. Esta lucha no va con los trabajadores ni de lejos, sino con aquellos que precisamente buscan la manera de, o bien independizándose, o bien manteniendo unida a Cataluña, seguir explotando a la clase oprimida, la clase obrera.
También señalamos los acontecimientos que están sucediendo en Chile. Nuevamente se evidencia que la algarada, el saqueo y la quema no es el terreno de la clase trabajadora ni mediante ese camino se puede lograr nada que no sea hacerle el juego a los cuerpos represivos del Estado capitalista. Se demuestra por otra parte la necesidad de la organización de los trabajadores para poder enlazar las luchas por las necesidades cotidianas con los objetivos políticos emancipatorios. Nuestro apoyo va con los trabajadores que reconocen que la situación de miseria y la continuación de los recortes no debe ser admitida. Nuestros ánimos dirigidos a los hermanos trabajadores de Chile y por que logren una organización independiente de las clases explotadoras.
El objetivo inmediato, el primer paso que dar, es la organización decidida de los trabajadores sobre un programa y una moral revolucionarios. En esa labor, los jóvenes de la clase trabajadora, ya como estudiantes o como trabajadores, queremos dar el paso adelante y organizarnos, llamando a la juventud a tomar partido por la emancipación de la clase trabajadora y, por tanto, de la Humanidad.