Guerra en suspenso
Sin ninguna duda la noticia de la semana es la aprobación el pasado lunes por el parlamento egipcio del uso del ejército para invadir Libia. Desde entonces el Mediterráneo está bullendo. La buena noticia: no se ha derramado todavía más sangre. La mala: las potencias regionales están doblando sus apuestas a corto plazo.
Hoy Santa Sofía volverá a ser mezquita por primera vez desde Ataturk. El simbolismo, a la vez religioso y neo-imperial, quiere marcar el comienzo de una nueva era otomana en el Mediterráneo. La ceremonia se ha hecho coincidir con la primera exploración de un buque de prospección turco en aguas de Creta. Las fuerzas armadas griegas están en alerta total y aseguran a quien quiera escucharlas que si los cables del buque tocan la plataforma continental griega, Turquía tendrá la responsabilidad completa y exclusiva de lo que seguirá. El jefe del ejército griego llegó a prometer que a quien pise la tierra griega primero lo quemaremos y después le preguntaremos quién es.
La diplomacia turca ha puesto inmediatamente en marcha la estrategia del calamar. Los medios europeos, apenas han dado noticias sobre la situación pre-bélica en el Mediterráneo y los embajadores turcos aprovecharon para pasear platós y estudios de radio volviendo a plantear cínicamente la adhesión turca a la UE. Objetivo: recuperar puntos de europeidad aprovechando el vacío informativo para que, si finalmente ocurre algo en los próximos días, poder descalificar la reacción griega y dejar a Macron reclamando sanciones en solitario.
En solitario porque en el otro plato de la balanza está Libia. En cuanto se corroboró la disposición egipcia a invadir y enfrentar a los soldados turcos en Sirte, Turquía comenzó a preparar refuerzos masivos para sus tropas con una mano y negociar con Rusia un alto el fuego en Sirte con el que ganar tiempo. Pero al tensarse la situación en aguas griegas, los diplomáticos turcos recordaron el proceso de paz de Berlín impulsado por Merkel que ellos mismos habían contribuido a dinamitar e [involucraron de nuevo a Bruselas declarándose los primeros interesados en un alto el fuego](http://fuego https://t24.com.tr/haber/ab-yuksek-temsilcisi-borrell-libya-da-ateskes-icin-turkiye-ile-birlikte-calisacagiz,892649). La cuestión es... ¿puede la UE auspiciar primero y garantizar después un alto el fuego turco y al mismo tiempo imponer un paquete de sanciones inhabilitantes que frenen el ímpetu militar turco? No parece. Turquía intentará ahora el alto el fuego para inmovilizar al ejército egipcio apoyándose en la UE mientras refuerza sus posiciones en Sirte, y de paso congelará cualquier iniciativa francesa, griega o chipriota en Bruselas.
En Egipto, el juego del gobierno es, de momento, mostrar determinación pero cuidándose mucho de llegar a ejecutarla y verse sin vuelta atrás. Los propios medios egipcios se confiesan perdidos y esperan que la situación se decante la semana que viene. Sisi se reunió por teléfono ayer con Mitsotakis para discutir una estrategia conjunta frente a Turquía.
Las espadas están en alto.
Por otro lado Turquía no es el único con dos frentes abiertos. Egipto sabe bien que si concentra su capacidad militar en Libia y el Mediterráneo, su posición frente a Etiopía se debilitará. En esta semana los políticos etiopes han pasado de celebrar el llenado de la presa y anunciar que continuarán unilateralmente, un verdadero casus belli para los egipcios, a asegurar que el llenado de este año ya está completo y que hay todo el tiempo del mundo para llegar a un acuerdo.
Tanto Turquía como Egipto, Etiopía y desde luego Rusia, EEUU y la UE juegan a imponerse con hechos consumados, utilizando la diplomacia como una forma de guerra de desinformación. Desinformación que se orienta en primer lugar hacia la población en general. Vivimos en una mezcla de bloqueo informativo generalizado -en España, por ejemplo, el peligro bélico no ha merecido siquiera un breve en los noticieros televisivos- e intoxicación. Ese bloqueo intensificado con mentiras y medias verdades debe ser roto abriendo conversaciones sobre lo que está pasando con compañeros de trabajo, vecinos y amigos es hoy una tarea crucial para poder llegar a responder.