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«Fit for 55» el Pacto Verde se acelera... para reducir en más de un 20% el poder de compra de tu salario

16/07/2021 | UE

Ley Europea del Clima. El objetivo declarado es reducir antes de 2030 las emisiones del conjunto de países UE a un 55% de lo que eran en 1990. Los medios se quedan en el

En qué consiste «Fit for 55»

«Fit for 55» es en realidad un conjunto de directivas -normas que debe adaptar cada país- y reglamentos -leyes de aplicación directa en todos los países miembros- que presentó la Comisión el miércoles pasado bajo la forma de paquete. Esto quiere decir que en la negociación que viene no cabe esperar cambios de conjunto: lo que ceda en una cosa lo recuperará en otra de modo que el efecto global, no solo sobre las emisiones, sino también sobre las rentas de los trabajadores europeos, será más o menos el que podemos calcular ahora.

¿Cuál es el eje principal de «Fit for 55»?

Precios a futuro del Mercado Europeo de Emisiones (ETS). El paquete «Fit for 55» aumentará la demanda al incorporar la obligatoriedad de comprar derechos a más sectores.

El elemento central es, una vez más, la regulación del mercado de emisiones de CO2. Esta regulación, que siguió al Acuerdo de París, ha creado un mercado especulativo sobre los derechos de emisión que, gracias al Pacto Verde, vive un boom especulativo. En mayo duplicó el precio de la tonelada de seis meses antes y llegó a 50€. Desde entonces no ha bajado de ahí y ya hemos visto el efecto que eso ha tenido sobre la factura eléctrica.

«Fit for 55» gira en torno a este mercado, para el que multiplicará la demanda al obligar a nuevos sectores a comprar derechos de emisión de acuerdo con su producción. Además, a Comisión propone hoy rebajar aún más el límite global de emisiones y aumentar su ritmo anual de reducción, es decir reducir la oferta todos los años y cada vez más.

¿Qué productos subirán precios con «Fit for 55»?

La vivienda, el transporte, los consumos básicos, los frescos y por supuesto la carne y los lácteos verán subir sus precios por «Fit for 55»

«Fit for 55» es una factura interminable. Las enmiendas a la directiva de energías renovables obligan a los combustibles de calefacción y refrigeración a comprar derechos de emisión. También tendrá que hacerlo el combustible de transporte. Esto significa un coste más añadido sobre la gasolina o el diesel de autobuses, camiones, trenes y otros medios de locomoción y envío de mercancías, que además va a crecer más y más. También tendrán que pagar derechos de emisiones la aviación comercial y el transporte marítimo.

Además, «Fit for 55» incluye la reforma del mercado del gas natural, la directiva sobre el comportamiento energético de los edificios y viviendas, nuevos límites a las emisiones de coches y furgonetas que te obligarán a cambiar de coche antes y pagar más por usarlo en grandes ciudades. No podían faltar nuevos impuestos verdes que ya se anunciaron ayer y el nuevo reglamento sobre el uso de la tierra que aumentará el precio de la carne y los lácteos.

Pero también hay un fondo para evitar la pobreza energética, ¿no?

La pobreza energética crecerá inevitablemente con «Fit for 55»

No, el Fondo Social para el Clima incluido en «Fit for 55» servirá como mucho para mantener las políticas asistenciales actuales de los estados en casos extremos de pobreza energética, nada más.

Sumemos los nuevos costes eléctricos, la escalada previsible de la calefacción, la subida general de precios de todos bienes importados por el aumento de los fletes y -ver abajo las fronteras de carbono-, la subida de costes asociados con viajar e ir a trabajar cada día, la subida de precios de los refrigerados y los productos frescos por sus mayores costes energéticos y de transporte, la subida de carne, lácteos y otros productos básicos de alimentación...

El impacto total de «Fit for 55» sobre el salario más corriente de un trabajador difícilmente será menor del 20% de sus ingresos actuales en muchas regiones de Europa bastante antes de 2030... y entonces nos pedirán un esfuerzo final para llegar a las cero emisiones en 2050. Ahora comparemos eso con el nuevo Fondo Social para el Clima.

El nuevo Fondo Social para el Clima se financiará con cargo al presupuesto de la UE, utilizando un importe equivalente al 25 % de los ingresos previstos del comercio de derechos de emisión para los combustibles de la construcción y el transporte por carretera. Aportará 72.200 millones de euros en concepto de financiación a los Estados miembros para el período 2025-2032

Pacto Verde Europeo: la Comisión propone transformar la economía y la sociedad de la UE para alcanzar los objetivos climáticos. Comunicado de Prensa de la Comisión Europea.

72.000 millones para 27 estados en 7 años... es obvio que en realidad se trata tan solo de un refuerzo a los fondos asistenciales para pobreza energética que existen ya hoy en casi todos los países a la vista de que... habrá mucha más pobreza energética y muchas más situaciones extremas que atender para evitar que los casos más sangrantes sirvan de detonante a un estallido social.

Pero si es tan grave lo que viene... ¿por qué no temen una respuesta social y de los trabajadores?

Primeras  manifestaciones de los «chalecos amarillos» contra la subida de combustibles de la «transición ecológica» de Macron.

De hecho, la temen. La estrella verde del Parlamento Europeo, Pascal Canfin, declaró en los debates parlamentarios con Timmersmans y von der Leyen que «Fit for 55» es políticamente suicida. No, no se equivoquen, Canfin está a favor -faltaría más en un macronita- pero tiene bien presente que el estallido de los Chalecos Amarillos se produjo por un intento de subir los precios del combustible menor que el que impondrá «Fit for 55».

En distintos medios especializados se han citado también fuentes sindicales y de la OIT que aseguraban que

Las decisiones de la CE en torno a la defensa del clima van tomando un derrotero arriesgado porque afectan a la población de menores recursos lo que supone el riesgo de que la reacción popular a la descarbonización haga descarrilar el proceso

Y es que el proceso es la esperanza de los capitales europeos, no todos los días se aprueban transferencias de rentas del trabajo al capital de este volumen.

¿Los derechos de emisión no se volverán en contra de las empresas europeas al hacerlas menos competitivas que las chinas, rusas o estadounidenses?

China, Rusia e Irán se destacan en los mapas de CO2 asociados a exportaciones con los que «Fit for 55» justifica la imposición de una tasa proteccionista a las importaciones

En realidad no. Además de encarecer los fletes marítimos -a través de los que entran la mayor parte de las importaciones- «Fit for 55» establece las llamadas Fronteras de Carbono, tasas que gravarán en la frontera acero, aluminio, energía, cemento y fertilizantes provenientes de países que la UE considere que no están haciendo lo bastante por el acuerdo de París. Y la lista de mercancías gravadas puede ampliarse en un futuro.

Se trata de un mecanismo proteccionista que trata de evitar que la producción europea de la industria pesada e intensiva energéticamente pierda competitividad en precio. Pero en realidad, forma parte de un planteamiento más amplio: en primer lugar acelera la re-europeización de la producción industrial que está convirtiéndose en la bandera de Macron, que promete convertirlo -junto con una nueva reforma de pensiones- en el eje del año político que comienza en septiembre. Los candidatos en las elecciones alemanas están haciendo un discurso similar.

¿Las «fronteras de carbono» establecidas por «Fit for 55» pueden ser el comienzo de una nueva guerra comercial «verde»?

Kerry y Lavrov esta semana en Moscú

El carácter arbitrario que las fronteras de carbono tienen en «fit for 50», es inseparable de su innegable intención imperialista. Pero los principales miedos de guerra comercial en Europa se focalizan en EEUU. Y frente a EEUU, las fronteras de carbono no van a levantarse.

Además, al gravar el gas ruso ofrece una salida honrosa a Alemania frente a EEUU en la disputa sobre el NordStream2, que parece ser, quedará finalmente cerrada con la visita de Merkel a Biden.

Por otro lado, permite a EEUU y la UE coordinar sus políticas proteccionistas y sus ataques comerciales a terceros disfrazándolos de de sacrosanto compromiso contra el cambio climático. Al final es una herramienta discrecional para castigar a voluntad a China, Rusia y quien haga falta de manera conjunta. Por eso EEUU acaba de anunciar que adoptará también el sistema de las fronteras de carbono: puede ser una de las bases de la nueva relación con la UE.

Otra cosa es la respuesta de Rusia y China. Parece que EEUU está usando el anuncio de esta medida como parte de su política de contención ante el gobierno Putin. La visita de Kerry a Moscú esta semana parece ir por ahí. EEUU podría unirse a la política alemana que ofrece ayudas e inversiones a Rusia para que pase convertirse en un proveedor de energía y producción industrial verde... eliminando eso sí, la dependencia estratégica que la UE tiene actualmente con el gas natural ruso.

Otra cosa es China, que a pesar de tener un Pacto Verde propio, se sabe -y así protesta ante la UE- primer candidato a encontrarse con la nueva barrera ante la presión expresa de las industrias pesadas y de automoción europeas.

«Fit for 55»: un duro castigo para los trabajadores que espolea las tensiones imperialistas y la guerra comercial

Los trabajadores principales pagadores de «Fit for 55»

«Fit for 55» va a representar un duro castigo para los trabajadores europeos.

El impacto será desigual por regiones y en el tiempo. Al trabajador polaco la mayor parte del golpe le llegará seguramente con la subida del combustible de calefacción. Al precario de la Francia rural en el coste del combustible del coche que necesita para ir de un trabajo a otro. Al griego, el alemán o el irlandés la partida principal le llegará en la cuenta del supermercado y al español o el portugués en los costes de mantenimiento de la casa y el transporte.

Da igual dónde esté el acento en cada lugar y cómo los estados negocien los tiempos de implantación para dosificar el primer golpe. El Pacto Verde se materializa en un ataque brutal al poder de compra de los salarios.

Lleva razón Kerry cuando dice a gobiernos y grandes fondos que el Pacto Verde es el mayor mercado conocido hasta ahora y Sánchez cuando dice que abre oportunidades extraordinarias a la economía (=acumulación). Nunca desde la última guerra mundial se había articulado una transferencia de rentas de semejante escala desde los trabajadores al capital.

Es lógico que estén contentos y ansiosos por empezar cuanto antes. En el cambio climático real han encontrado la excusa perfecta para articular una salida a nuestra costa de la crisis de rentabilidad que el capital arrastra desde hace años. Y por si fuera poco, «Fit for 55» azuza las tensiones imperialistas planteando una guerra comercial en los hechos.