La izquierda y los nuevos pilares «sociales» de Europa

¿Cuáles son los nuevos pilares de la «Europa social»?
En menos de 10 días, los estados y las instituciones europeas han consensuado dos pilares de lo que pomposamente llaman «Europa Social»: salarios e ingresos mínimos.
- Los ministros de Economía de la UE aprobaron la Directiva de Salarios Mínimos, que refuerza también la negociación colectiva obligando a los estados a hacer planes nacionales cuando menos del 80% de los trabajadores estén cubiertos, impulsándola en las PYMEs y extendiéndola a los autónomos;
- La Comisión aprobó las Recomendaciones sobre ingresos mínimos. A día de hoy en la UE alrededor del 20 % de los parados en riesgo de pobreza no tienen derecho a recibir ninguna prestación y entre el 30 % y el 50% de las personas que cumplen los requisitos para recibir las ayudas que ofrecen los estados simplemente no acceden a ellas.
¿De qué va ésto?
Sánchez y Costa en una cumbre europea
La Comisión y los gobiernos buscan homogeneizar el mercado de trabajo y la protección social en torno a dos grupos:
- Por un lado los trabajadores con empleo regular y jornadas amplias. Se avanza reforma a reforma hacia unas condiciones más homogéneas dentro de cada país y en el conjunto de la UE. Se trata de reforzar el movimiento de concentración de salarios en torno al mínimo de cada país, al tiempo que éste se eleva en todos. Es la base del nuevo modelo productivo caracterizado por la concentración de rentas de los trabajadores en torno a un SMI suficiente para no hundir el consumo con la consiguiente desaparición de los buenos salarios del medio de la distribución.
- Por otro los trabajadores más precarizados y los expulsados del mercado de trabajo, reetiquetados como los más vulnerables. Para estos la estrategia es doble:
- Por un lado la extensión de los «contratos cero horas», les niega las prestaciones de desempleo -aliviando costes estatales- aunque no sean llamados a trabajar, sacándoles además de las estadísticas de desempleo y mejorando los informes oficiales. El modelo práctico lo están dando los nuevos fijos discontinuos españoles producto de la reforma laboral del gobierno Sánchez.
- Por otro, como el resultado inevitable es un nuevo ascenso de la pobreza laboral, los más vulnerables se convierten en los beneficiarios casi únicos de la política social... reduciendo gastos de nuevo para el estado. Lo estamos viendo con las propuestas de la Comisión y los gobiernos sobre el impacto de los precios de la energía, cuando la OMS llama a concentrar las ayudas directas a la compra de medicamentos o cuando el Pacto Verde pone en peligro a los inquilinos que no tienen para pagar las reformas a las que se ven obligados por ley sus caseros y los genios de la Comisión proponen proteger sólo a las familias en situaciones más dolorosas.
¿De dónde sale ésto?
Reunión de los presidentes y primeros ministros de la UE en la «Cumbre Social» de Oporto
Toda esta estrategia surge de la convergencia entre las recomendaciones del FMI, la UE y la OCDE. Una década después de la crisis griega, habrían sacado consecuencias de los efectos perversos de la austeridad a machamartillo y coincidido en una nueva senda de reformas a la que se ha apuntado la izquierda europea en posiciones de gobierno con verdadero entusiasmo.
Los gobiernos Costa y Sánchez serían de nuevo el ejemplo al conseguir vestir de justicia social la reducción de los costes generales de explotación de la mano de obra mutualizados en el estado, y de subida del SMI la bajada general de salarios reales. Y de hecho la gran misa en la que esta estrategia se vistió de largo para toda Europa fue la Cumbre Social de Oporto, en la que el mensaje fue ya claro y coral.
Tomar medidas para mejorar el funcionamiento de los mercados laborales para que contribuyan al crecimiento económico sostenible, la competitividad internacional, fomentar condiciones de trabajo dignas y salarios justos para todos, y promover la integración de mujeres, jóvenes y categorías vulnerables en el mercado laboral;
¿Necesita traducción?
- Tomar medidas para mejorar el funcionamiento de los mercados laborales = impulsar una reforma laboral
- para que contribuyan al crecimiento económico sostenible = baje los costes laborales totales (salarios, contribuciones empresariales a Seguridad Social, etc.)
- la competitividad internacional = y así poder aumentar las exportaciones
- fomentar condiciones de trabajo dignas y salarios justos para todos = fomentando la concentración de salarios en torno a un salario mínimo ligeramente elevado, acabando con los salarios medios
- y promover la integración de mujeres, jóvenes y categorías vulnerables en el mercado laboral = sin olvidar rebajas de Seguridad Social y otros programas específicos para reducir los costes laborales de mujeres, jóvenes, discapacitados y migrantes para que sean competitivos con la fuerza de trabajo estándar.
Es decir, a lo que se comprometen es a impulsar una reforma laboral que baje los costes laborales totales (salarios, contribuciones empresariales a Seguridad Social, etc.) y así poder aumentar las exportaciones, fomentando la concentración de salarios en torno a un salario mínimo ligeramente elevado, sin olvidar rebajas de Seguridad Social y otros programas específicos para reducir los costes laborales de mujeres, jóvenes, discapacitados y migrantes para que sean competitivos con la fuerza de trabajo estándar.
Como objetivo social está claro. No hay sociedad anónima que no lo apoye.
Compromiso Social de Oporto el programa precarizador de la UE, 9/5/2021
¿Cuál es el siguiente paso?
Ministra de Hacienda y Vicepresidenta y ministra de Trabajo de España
Como el modelo llamado neoliberal que busca superar, esta estrategia no acaba en los gastos sociales y la reforma laboral.
Un primer adelanto lo hemos tenido con la Reforma fiscal de emergencia española. Pero nos viene un asalto general a las pensiones en el que la revalorización automática con la inflación vendrá acompañada de una reforma estructural que reducirá el monto cobrado sensiblemente. Una combinación que empezó en España y está desplegándose en Francia con un horizonte inmediato. La lógica, como ya ha establecido el Banco Central Europeo es muy similar a la que estamos viendo en el mercado laboral:
- Se da por hecho acriticamente que hay y habrá menos recursos, aunque haya que manipular números para eso;
- Se acepta la indexación a cambio de un aumento de los tiempos de cotización del periodo base del cálculo, lo que implica una rebaja notable de la prestación. Por ejemplo en España, extender el tiempo de cálculo a 35 años produciría una rebaja media del 8,5% en las pensiones cobradas.
- A un par de años vista y siempre en nombre de la protección de los más vulnerables se impulsa la concentración de las nuevas pensiones en torno a una pensión mínima superior a la actual.
El resultado final esperado es una rebaja en las prestaciones recibidas por la mayoría de trabajadores y sobre todo del monto total pagado por el sistema. En el futuro, no serán ya sólo 288.000 los jubilados que tengan que buscar empleo para poder vivir -y que no salen en las estadísticas de desempleo-, sino que será cada vez más la opción impuesta a la mayoría.
¿Hacia dónde va ésto?
Comedor popular llevado por una ONG en Francia
La verdadera carga de profundidad de todas estas políticas es la consolidación de las políticas públicas en torno a los más vulnerables. La llamada justicia social está sustituyendo las políticas de rentas y ayudas universales por ayudas a las últimos 2-3 deciles de renta, ayudas selectivas por grupos demográficos, etc.
Se trata de un verdadero torpedo a la línea de flotación de los sistemas universales que se está consolidando en casi toda Europa, pero especialmente en los países mediterráneos, como un nuevo principio.
Si este principio se extiende luego, cuando llegue el momento de una nueva austeridad, a servicios básicos como el sanitario o la educación -y ese es el terreno que quiere preparar el Consejo Nacional de Refundación de Macron por ejemplo- el resultado inevitable será el paso de los sistemas universales a un sistema asistencial como el de EEUU.
No ha llegado ese momento. Pero llegará. Y la instauración del principio de no universalidad, alimentado ideológicamente además desde el identitarismo, hará tremendamente fácil el salto.
Conclusiones
- La izquierda europea, especialmente la española y la de los países del Sur, han hecho suyas las nuevas políticas de «eficiencia del gasto público» auspiciadas por el FMI y la Comisión Europea bajo una capa ideológica de justicia social y defensa de los trabajadores.
- Estas políticas tienen consecuencias inmediatas:
- Concentrar salarios y pensiones en torno a mínimos más elevados reduciendo gastos salariales y asistenciales totales.
- Reducir el número de trabajadores con derecho a prestación de desempleo y de paso ocultar las cifras reales de paro mediante contratos «fijos discontinuos» y otras formas de «contrato cero horas» que reducen la precariedad recogida por las estadísticas pero multiplican la pobreza laboral real.
- Bajo el discurso de compensarlo, definir un nuevo sujeto casi único de la política social, los más vulnerables, sustituyendo las políticas de rentas y ayudas universales por ayudas a las últimos 2-3 deciles de renta, ayudas selectivas por grupos demográficos, etc.
- Redefinen las estructuras impositivas para compensar el empobrecimieto general que apuntan las líneas anteriores.
- Y una consecuencia a largo plazo: la puesta en cuestión de los sistemas universales, preparando el camino hacia un sistema asistencial como el de EEUU.