Escondido a la vista de todos
Como vimos en los capítulos anteriores, el capital, el valor, la plusvalía no son conceptos perdidos en el mundo de las ideas, sino el resultado de la modificación a muy gran escala del mundo material. Solo aparecen como si fueran ideas porque las partes son obvias para todos pero la totalidad no es visible a simple vista. Las partes aisladas son funcionales y «tienen un sentido» inmediatamente aparente, y para una racionalidad entrenada a buscar y encontrar relaciones de causa y efecto en el camino mas corto posible no hay nada más allá de lo inmediatamente aparente. ¿Una totalidad es realmente la suma en bruto y sin interacciones de todas sus partes? No hay nada mas práctico -y antiguo- para una clase dominante que esconder el mecanismo de su dominación allí donde todo el mundo pueda verlo pero no sea capaz de comprenderlo.
Juegos de sacerdotes
¿De dónde venía el poder «celestial» de los sacerdotes egipcios? Egipto depende de las crecidas del río Nilo y de los ciclos naturales asociados a éste, para llevar a cabo una agricultura exitosa. Originalmente, el calendario egipcio era un calendario lunar como el de todas las sociedades arcaicas, un calendario impreciso y bailante que necesitaba meses intercalados para cuadrar. Era obvio para los cultivadores esperar y observar la primera luna nueva del mes lunar, pero un calendario solar de 365 días como el de los sacerdotes posteriores no es nada fácil de construir. Los sacerdotes construyeron su calendario solar observando los ciclos lunares e interpolándolo matemáticamente sobre la superficie de la bóveda celeste usando ábacos y cálculos que eran incomprensibles e inasequibles a los explotados. Los cultivadores podían ver el movimiento de la bóveda y la Luna, pero el de la Tierra estaba lejos de ser evidente a simple vista. Los sacerdotes actuaban como si hubiesen visto la cara oculta de sus dioses y recibido el lenguaje matemático de ellos. Gracias a que las crecidas del Nilo son asombrosamente precisas sobre un calendario solar pero no sobre uno lunar, los sacerdotes habían aparentemente «recibido» un don divino. Estaba escrito en jeroglíficos, pero naturalmente los explotados no eran capaces de leerlos.
Al final del mundo medieval aparecerá un mito asociado a tal hito matemático egipcio, la figura de un tal «Hermes Trismegisto» -invento ahistórico pero muy útil- que trae el «conocimiento [arcano] de los antiguos». Como ya vimos, Nicolas de Cusa y otros estaban intentando echar del centro del mundo a la Tierra, no solo por razones humanistas, sino porque era una metáfora medieval poco sutil de la centralidad absoluta de la iglesia romana. Los literatos florentinos, con Ficino, della Mirandola y asociados a la cabeza, mezclan todo el esoterismo oriental que pueden pillar con el neoplatonismo y su magia ritual y crean la leyenda hermética. Sus textos se distribuyen por toda Europa. En un mundo campestre moribundo donde muy pronto estallarán las guerras de religión, los primeros grandes reformadores del XVI como Copérnico o Paracelso toman la nueva magia matemática y la aplican para encontrar movimientos imperceptibles en el universo -como los movimientos relativos celestes:
En el centro de todo está el Sol. ¿Quién pondría esta lámpara de un templo increíblemente bello en cualquier otro sitio que este, desde donde puede iluminarlo todo al mismo tiempo? Algunos lo llaman la linterna, otros la mente y aun otros el piloto del mundo. Trismegisto lo llama un «dios visible»; ... Y así el Sol, como si reposase en un trono divino, gobierna la familia de estrellas que orbitan alrededor suyo.
Nicolas Copernico, De Revolutionibus 1543
El heliocentrismo es simplemente inaceptable, como recordarán airadamente los puritanos ingleses un siglo mas tarde, no solo contraviene la biblia, sino las propias observaciones de los sentidos.
La conclusion de sus discípulos debe ser, que no son los cielos sino la Tierra la que se mueve cada 24 horas. Este movimiento terrestre debe haberles causado un mareo mental a estos nuevos Herejes Filosóficos o Filósofos Herejes. Pero las bases de la Divinidad en este momento son mucho mas demostrativas y certeras, que las de la filosofía de Copérnico. Porque no puede encontrar ninguna demostración segura del movimiento de los cielos, aunque puede convencer con su versátil erudición, es tan difícil que la encuentre como que yo me ponga a creer en el movimiento de la Tierra.
Henry Burton, 1631
Un joven reverendo y capellán al que ya hemos conocido, John Wilkins, no solo dirigirá los experimentos hidrostáticos de Petty y Boyle, sino que luchará por convencer a los puritanos de que el movimiento imperceptible ocurre realmente y que el heliocentrismo es la teoría correcta. John Wilkins se relacionará con los dos principales «revolucionarios puritanos» del siglo XVII, en particular Samuel Hartlib desde 1637. Samuel Hartlib es todo un personaje, será parte de los círculos fundadores de la «Royal Society», cuyos miembros -como ahora Robert Boyle- usaran el legado hermetico para sus investigaciones:
Ahora que me hago viejo, pienso que es tiempo de cumplir con mis antiguas intenciones y dejar un legado Hermético para los estudiosos discípulos de este arte
Robert Boyle, Works aprox. 1689
Pero Hartlib será conocido sobre todo por ser partidario de un nuevo tipo de Teología protestante, la «Reforma Universal».
Reforma Universal
La Reforma de los Estados en sus asuntos civiles en la mayor parte de los casos no ocurre sin violencia y disturbios, pero los inventos hacen a todos los hombres felices sin resultar heridos ni hacer daño a nadie. Ademas, los nuevos inventos son como si fueran nuevas Creaciones y son imitaciones de las propias obras de Dios.
William Petty
¿De qué violencia hablaba Petty? La primera paz entre luteranos y católicos acababa de romperse, los calvinistas -autodenominándose reformados- no protegidos por la paz religiosa, se levantan desde la mismísima Bohemia de Comenius hasta Inglaterra. Numerosas ciudades en Francia y las regiones alemanas se declaran reformadas e intentan fundar la Nueva Jerusalem terrenal... Desde La Rochelle hasta Magdeburgo serán destruidas una a una. Poco después, el entorno del que surgirá la Royal Society, dará espacio a varias corrientes del protestantismo mas místico, incluyendo desde profecías apocalípticas del propio Francis Bacon sobre el otoño del mundo al protestantismo místico del checo Jan Amos Comenius, cuya «Reforma Universal» y «Via Lucis» son ávidamente leídas por Hartlib y están literalmente dedicados a la Royal Society.
Al principio del siglo XVII, Francis Bacon introdujo una exégesis atrevida en su apología para mejorar la formación de las masas. El hombre fue echado del paraíso, según Bacon en «Valerius Terminus», no por «buscar la luz pura del conocimiento natural» sino por atreverse a pensar que podría «alcanzar esa parte del conocimiento que separa el bien del mal, es decir, por disputar la voluntad de Dios». Por lo tanto, en lugar de prohibir investigaciones inocentes sobre la Naturaleza, Dios «creó la mente del hombre como una lente capaz de formar la imagen del mundo universal, disfrutando la mente de recibir tal imagen como el ojo de recibir a la luz».[...] Efectivamente. Como Dios es el autor de todo el conocimiento, su diseminación y vitalidad está garantizada «no solo por una providencia general sino por una profecía especial» expresamente dejada para «el otoño del mundo». Bacon redescubrió Daniel 12:4 donde, hablando del fin del mundo, se dice que «muchos se cruzarán y la ciencia aumentará; dando a entender que la apertura de las grandes vías navegables y comerciales y el incremento de la ciencia se unirán en nuestro tiempo y edad» [es decir, el fin del mundo]
Mordechai Feingold
¿Revelador? Veamos a Comenius:
En plena mitad del siglo XVII, Jan Amos Comenius, el último obispo de la rama checa de la «unión de los hermanos», abogó por una nueva reforma protestante, necesaria debido a la derrota de las reformas anteriores. Se plantea completar el trabajo inacabado de éstas. En el pasado reciente, aseguró, muchas reformas fueron intentadas en diversos campos. Reformas en el aprendizaje fueron llevadas a cabo por Ramón Llull, Petrarca, Valla, Erasmo de Rotterdam, Guillaume Bude, de la Ramee y Descartes. Reformas religiosas por Jan Hus, Lutero, Waldo, Calvino, los Anabaptistas y Fausto Socino, así como papas y emperadores en los consejos de Constanza, Basilea y Trento. La reforma política intentó vencer a la tiranía y establecer nuevas constituciones. Pero como los acontecimientos de su propia época dejaron claro, estas reformas no habían inaugurado una nueva edad dorada de paz y amor fraterno. En lugar de éso, Europa había visto una oleada creciente de conflicto, masacres y confusión.[...] ¿Por qué habían fallado? Según Comenius, porque las reformas anteriores habían sido fragmentarias. [...] Ya que la reforma a trozos había fallado, concluyó que la única opción viable era una «reforma universal» diseñada para enfrentar todas las partes interrelacionadas del problema.[...]
Durante una década y pico del siglo XVII, Comenius fue central para el movimiento por la reforma pedagógica, filosófica, religiosa y política general que encontró seguidores en todo el mundo Protestante, desde Hungría y Transilvania hasta Inglaterra y Nueva Inglaterra, pasando por Polonia y Holanda. Trevor-Roper llamó a Comenius y sus asociados, Samuel Hartlib y John Dury, los «filósofos de la Revolución Puritana». Charles Webster describió su programa como la «gran instauración» de la ciencia, la medicina y el aprendizaje que estableció el baconianismo como una tradición en ascenso en Inglaterra y creó los cimientos sobre los que la Royal Society se fundaría en 1660. La deuda de Francis Bacon es obvia y explícita: La «Instauratio Magna» de Bacon propuso, como Comenius, restaurar a la Humanidad el dominio sobre la Naturaleza que había perdido en su expulsión del paraíso.
The Oxford Handbook of the Protestant Reformations
Sinteticemos: la Reforma abierta y explícita es imposible. Pero, si existiese una manera de crear Nueva Jerusalem a escondidas...
Como vimos, existe una vía, una forma de hacer realidad el sueño de Savonarola y «atar» materialmente el sueño teológico al suelo terrenal. No fue predicando más alto ni levantando ejércitos desesperados, sino modificando la «máquina celeste» -es decir, la forma social- a gran escala sobre el terreno a golpe de magia mimética. Con la Royal Society usando el viejo truco del movimiento imperceptible, pero esta vez aplicado al movimiento de la plusvalía en el conjunto de la economía.
Inversión mística
Como recuerda Marx a Proudhon en la «Miseria de la Filosofía», si las relaciones sociales aparecen como conceptos «reificados», cosificados, volando por los aires, no es porque vivamos en un mundo lleno de espíritus de las aguas, sino porque toda la ciencia económica en sí es una inversión mística. Es un absurdo irracional pretender que el valor se «encuentra» en algún lugar dentro de la mercancía individual, incluyendo el fetiche monetario, como si estuviera formado de pequeños átomos místicos alquímicos. Lo que ocurre es bastante más siniestro, gracias a un vudú grotesco -pero perfectamente material- a escala nacional, la clase trabajadora se encuentra atada y obligada a trabajar para sobrevivir. Es esclavitud mediada por la mercancía que ata a la clase explotada a sus explotadores. Eso sí, todo muy puritano; a distancia y sin que se toquen entre ellas... Y todo además regado de profecías apocalípticas.