Por qué te chirrían los datos de empleo y crecimiento
La propaganda gubernamental está pletórica con los datos de empleo y crecimiento: en 2021 el PIB creció un 5%, el mayor crecimiento en 21 años, se crearon 840.600 nuevos empleos, la cifra más alta desde 2005, y la tasa de paro cayó al 13,33%, la más baja desde 2008 con aparentemente el único pero de la temporalidad. Y sin embargo... algo no cuadra, ¿verdad?
Lo que no te cuadra de los datos de empleo
Más contratos para menos horas contratadas
Las horas trabajadas siguen siendo inferiores a las del último trimestre del 2019 en un 2,5%, a pesar de que haya 218.000 trabajadores contratados más antes que la pandemia. Es decir, los contratos de 2021 fueron más cortos, hubo más a tiempo parcial y más fueron temporales.
Los salarios reales por hora son menores
La cantidad total recibida en salarios se mantiene igual que en 2019... pero con una inflación del 6,5%, el salario real, lo que podemos comprar con lo que nos pagan por una hora de trabajo, es inferior. Por eso los datos de consumo del PIB han pinchado.
El nuevo empleo fue público y temporal
Las empresas contrataron todavía 4.500 trabajadores menos que en 2019, el crecimiento de los contratos vino a cuenta del estado, especialmente de las autonomías y a base de contratos temporales. El 77% de los contratos firmados por las administraciones públicas fueron temporales.
Los datos ocultan la desindustrialización y la rotación de plantillas
Nada más engañoso que el mapa de crecimiento de empleo por regiones de 2021. Refleja sobre todo la vuelta del sector turístico y hostelero, que compensa la desindustrialización latente bajo EREs y ERTEs.
Tres cuartos con los datos sectoriales. ¿Cómo puede ser que el número de empleos industriales haya crecido? En parte porque aún quedaban a fin de año 63.800 trabajadores en ERTE que figuran como empleados. Pero sobre todo porque la industria hizo más contratos que en 2019... aunque gastó menos en salarios. Es decir, utilizó en parte la situación para deshacerse de trabajadores más caros y recontratarlos o contratar otros nuevos, más baratos.
Éxito y perspectivas de la fórmula sanchista contra los trabajadores
Lo que muestran los datos de 2021 es lo bien que le está resultando a la burguesía española la fórmula sanchista: bajo un discurso de creación de empleo, mejora del SMI y seguridad para las pensiones, están obteniendo una transferencia de rentas de los trabajadores y aumentando el pedazo que se lleva el capital de la producción de cada año.
Tanto es así que en los datos de PIB despunta algo que parecía reservado a países semicoloniales como Argentina: la caída del consumo de los trabajadores no se ve compensada por otros lados y recorta los datos de crecimiento. Pero tampoco puede ponerse la medalla Sánchez en solitario. En EEUU está pasando algo muy parecido: la economía crece en récord, pero los trabajadores son pesimistas porque sus salarios reales han caído, su capacidad de compra es menor y sus condiciones de trabajo más precarias.
Lee: Reforma laboral, salario mínimo y ataque a las pensiones, los tres arietes del sanchismo, en nuestro informe sobre España en 2021
Y lo que viene es más de lo mismo pero bien maquillado por los fondos europeos... durante uno o dos años como mucho... y eso si una subida global de tipos, que ya se insinúa en EEUU, no se impone en Europa y lo que hoy son «incerdidumbres» del capital español no se convierte en una nueva recesión.
En ese caso, la nueva austeridad que se está diseñando ya en las «reformas» que el gobierno ha presentado a Bruselas comenzaría antes de lo previsto a triturar los salarios que hoy están siendo erosionados.