Covid y clase trabajadora preguntas de nuestros lectores
Publicamos algunas de las preguntas que hemos recibido de los lectores a partir del comunicado que lanzamos ayer.
¿Que la burguesía china, a diferencia de sus competidores, haya optado por controlar la pandemia no indicaría que su sistema es mejor para los trabajadores?
No, en absoluto.
Que la burguesía china sepa ser, en determinados casos más estratégica, que sea capaz de pensar a más largo plazo cómo defender sus intereses, las necesidades del capital nacional, no hace esos intereses menos opuestos a los de los trabajadores y la Humanidad
- Tiene poco sentido hacer rankings de qué expresiones son más reaccionarias en un sistema que es reaccionario en su conjunto... sobre todo si pueden generar la falsa -y suicida- idea de que las diferencias entre las distintas burguesías, sus aparatos políticos y los capitales nacionales que sostienen podrían justificar apoyar políticamente a unas frente a otras. Ese es el camino que lleva a convertirse en reclutador para la guerra.
- El régimen chino en particular, desde sus orígenes es el resultado de la contrarrevolución mundial en China. Si algo le ha caracterizado históricamente ha sido ser absolutamente inmisericorde con los trabajadores. Hoy, como siempre, la burguesía de estado china hambrea a millones de trabajadores entre los que persigue cualquier forma de auto-organización, lleva el control y la vigilancia social al paroxismo y desarrolla formas de represión masiva herederas directas del gulag stalinista.
- Si algo muestra la estrategia con la que enfrenta la pandemia -tras unos primeros reflejos negacionistas- es que puede elaborar respuestas menos cortoplacistas que sus competidores. Pero menos cortoplacistas no quiere decir menos anti-humanas. En todo momento no se guió por otra consideración que el cálculo del impacto en las cadenas productivas y la acumulación, ni tuvo otro norte que mantener su capacidad de dominación. ¿Es eso un alivio para los trabajadores? En este caso esa capacidad para superar el inmediatismo ha salvado vidas -endureciendo de paso el control y la represión- en otros, las consecuencias serán las opuestas. El estado chino ha dado aliento a largo plazo a no pocas guerras en Asia y África y en sus propias fronteras amenaza con generar nuevas guerras terriblemente cruentas.
- Finalmente, que la burguesía china defienda mejor su capital nacional que, digamos, la española o la argentina, no significa nada bueno para los trabajadores. Que la burguesía china sepa ser, en determinados casos más estratégica, que sea capaz de pensar a más largo plazo cómo defender sus intereses, las necesidades del capital nacional, no hace esos intereses menos opuestos a los de los trabajadores y la Humanidad.
¿Qué opináis de los movimientos anti-vacunas y del debate sobre la obligatoriedad de la vacunación?
Los movimientos anti-vacunas son una expresión de ese anti-capitalismo reaccionario que caracteriza a la pequeña burguesía cuando intenta expresar políticamente su situación imposible en el capitalismo actual. Su evolución hacia fuerza política, instrumentalizada por las ramas internacionales del trumpismo para poner palos en la rueda de los competidores de EEUU, expresa bien el carácter anti-humano de sus intereses de clase. Al final: sus utopías cuestan vidas, amenazan directamente a los trabajadores y sueñan con destruir el legado del capitalismo cuando fue progresivo para la Humanidad para volver a no se sabe qué delirio survivalista.
Que la burguesía declare voluntaria la vacunación e intente cargar sobre los trabajadores y su supuesta responsabilidad individual el absentismo interesado de la propia burguesía, solo resalta su carácter reaccionario y, su incompetencia para dirigir a la sociedad
El concepto de Salud Pública, el desarrollo ligado a la ciencia de la lucha política contra las epidemias y la aparición de las vacunas, marcaron el momento culmen de esa etapa histórica en la que los intereses de la burguesía al dirigir a la sociedad, impulsaban el progreso y el desarrollo humano. Que hoy la propia burguesía se separe de lo que fue su punto de honor, declare voluntaria la vacunación e intente cargar sobre los trabajadores y su supuesta responsabilidad individual su absentismo interesado, solo resalta su carácter reaccionario, su incompetencia para dirigir a la sociedad y la necesidad de superar de una vez el sistema, ya anti-histórico y anti-humano, que la sustenta.
¿A qué os referís con trabajar en cada momento todo lo que incida sobre las condiciones previas a las luchas?
La capacidad de la clase para convertir su experiencia colectiva de luchas en consciencia de clase no es una propiedad abstracta, no ocurre mágicamente.
1 En todos los lugares donde cuaja una combatividad colectiva suficiente al menos para que los sindicatos se planteen encauzarla hacia la nada, observamos que aparecen previamente grupos informales de trabajadores. Estos grupos, redes más bien, si se prefiere conversaciones, articulan en discusión colectiva la defensa de las necesidades. Germinan en una cierta toma de consciencia colectiva y son fundamentales incluso para que se planteen las luchas.
¿Qué ha pasado con la pandemia? Que los lugares físicos y las interacciones cotidianas donde esos procesos podían desarrollarse se ven puestos en cuestión. Tenemos literalmente que guardar la distancia. De los grupos de WhatsApp podemos fiarnos lo justo, quedan por escrito y son el objetivo primero de la represión laboral. Las conversaciones en terrazas y bares al salir del trabajo son poco menos que suicidas, sobre todo si tenemos mayores a cargo. Y la vida barrial está prácticamente muerta.
Esa posibilidad de hablar en confianza entre trabajadores, incluso de un mismo centro, esa posibilidad de juntarse con otros que viven circunstancias parecidas en otras empresas por las relaciones del barrio, son el núcleo de esas condiciones previas de las que hablamos.
2 Cuando observamos el proceso real una vez la lucha estalla vemos que el principal obstáculo material hoy, además de los bombardeos mediáticos e ideológicos, son los sindicatos. Hoy -no fue siempre así- plantean las huelgas como llamamientos a los que los trabajadores pueden adherirse voluntariamente de forma individual o no. Ya no es una asamblea, ni siquiera una asamblea controlada férreamente por los sindicatos, la que pone a votación -como algo colectivo que es- ir a la huelga o no. Ya no es la plantilla la que va a la huelga, son los individuos que la componen.
La existencia de conversaciones informales críticas entre trabajadores en distintos centros y de trabajadores en cada centro es el núcleo de las condiciones previas que sirven primero a la aparición de luchas y luego a que se expandan y rompan el control policial de los sindicatos
Es la forma de mantener la atomización -y por tanto el control sobre los trabajadores- incluso durante lo que se presenta como una lucha. En realidad es la forma democrático-burocrática de esterilizarlas, dicho de otra forma la forma sindical de desactivar las luchas.
En las luchas durante este año, especialmente en sectores como la educación, hemos visto la tendencia a escapar del control sindical y colectivizar las huelgas haciéndolas la decisión colectiva de la asamblea de todos los trabajadores. El problema es que se ha expresado bajo la forma de huelgas de centro. El resultado es una dispersión que los sindicatos acaban reconduciendo bajo llamamientos a jornadas de lucha que inmediatamente se convierten en teatrales negociaciones con la administración que evidencian el aislamiento de los rebeldes y mandan el falso mensaje de que hay que pasar por los sindicatos para hacerse oír y conseguir algo.
También hemos visto casos en que las huelgas realmente controladas, decididas y organizadas por los trabajadores como tal, colectivamente, eran capaces de romper el aislamiento. En la mayoría de los casos lo hacían a partir de lazos previos. En la enseñanza a través de las organizaciones de padres. En la Salud a través de temporales y precarios que habían trabajado en otros centros.
La existencia de conversaciones informales críticas entre trabajadores en distintos centros y de trabajadores en cada centro es el núcleo de las condiciones previas que sirven primero a la aparición de luchas y luego a que se expandan y rompan el control policial de los sindicatos