Cosas chulísimas
Según Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, el gobierno está haciendo «cosas chulísimas». La re-estructuración del mercado de trabajo sería la más significativa de ellas, un verdadero «milagro español». La realidad: ilusiones estadísticas, desempleo sin prestaciones, mayor poder para las empresas y menores salarios hora para los trabajadores.
Más contratos, menos horas trabajadas
Después de mucho marear, gobierno, sindicatos y patronal aprobaron una derogación en falso de la Reforma laboral de Rajoy que prometía, como gran novedad, que reduciría la temporalidad.
Y, efectivamente, los indicadores de temporalidad empezaron a reducirse casi inmediatamente. ¿Se había revertido la precarización? Los datos que se publicaron a principios de enero indicaban más bien que estaba trasladándose, moviéndose de una forma a otra.
Con los datos de abril es ya obvio. La rotación enloquecedora en los puestos de trabajo está siendo absorbida por los contratos indefinidos.
Cosas chulísimas: mantener la precariedad con un contrato fijo
1 En vez de tener muchos trabajadores para un solo puesto a base de muchos contratos a tiempo completo por un tiempo breve, hay muchos trabajadores con contratos indefinidos de pocas horas al día. El formato estrella de esta modalidad:el contrato fijo... por dos horas diarias
2 Los trabajadores son contratados con contrato fijo... pero sólo son llamados a trabajar cuando la empresa lo considera oportuno. Es el contrato fijo discontinuo, otro éxito: el tipo de contrato que más creció en abril.
Cosas chulísimas: las estadísticas del nuevo «milagro español»
El gobierno vende un «milagro»: el paro cae en picado y la temporalidad también. Sus apologetas hablan de un «giro copernicano» en el que gracias a la visión prodigiosa de la ministra, habría bastado con cambiar la regulación para cambiar la realidad.
Pero si miramos un poco más de cerca veremos que una cosa son los indicadores y otra lo que dicen medir. La genialidad ministerial no ha ido más allá de modificar el recuento de las estadísticas.
1 Los «fijos discontinuos» cuando quedan sin trabajo no figuran ya como parados, sino como «demandante de empleo no parado», de modo similar a los trabajadores en ERTE. Las cifras no son menores. Este mismo mes el número de «demandantes de empleo no parados» fue de 219.000. De marzo a abril el número de trabajadores bajo este tipo de contratos creció en 187.995. Mientras, el número de contratos fijos discontinuos ascendió a 283.000. Cuando la tarea se interrumpa se unirán a aquellos de los anteriores que no hayan encontrado un trabajo alternativo.
2 Cuatro contratos de 2 horas que cubren el mismo puesto de trabajo, son estadísticamente cuatro empleos creados. Si no se renueva al trabajador temporal el saldo es un crecimiento del empleo y una reducción del número de desempleados.
De nuevo, la aceleración es evidente: de marzo a abril 123.073 trabajadores pasaron a estar contratados a tiempo parcial. Como «milagro» queda bastante escaso, pero el efecto estadístico es brutal.
Cosas chulísimas: mayor poder de la empresa con salarios más cercanos al SMI
El supuesto incremento del empleo y de su «calidad» son una ilusión estadística. Pero la cosa no acaba ahí. Importa cómo afectan a las relaciones entre capital y trabajo.
1 Un fijo discontinuo depende de que le «vuelvan a llamar» desde la empresa. Si no le llaman ni siquiera tiene derecho a paro aunque haya cotizado lo suficiente como para pedirlo. Es un parado en espera de la «gracia» de su antiguo empleador, como en lo peor del régimen caciquil agrario. Un trabajador que hace sólo dos o tres horas al día es un trabajador mucho menos integrado en la plantilla y por tanto aislado y separado de cualquier planteamiento colectivo. Las empresas, cómo no, encantadas.
2 No habrá estadísticas hasta finales de año, pero toda la evidencia cercana sugiere que los nuevos contratos se están produciendo en el entorno del salario mínimo.
Esto es perfectamente coherente con la tendencia, alimentada sistemáticamente desde el gobierno, a sustituir trabajadores con antigüedad, complementos y categorías mejor retribuidas por «nuevos» trabajadores con salarios muy cercanos al SMI. Una tendencia que se mantendrá mientras los costes de despidos sean bajos y se acelerará con cada subida del SMI.
Añadir ahora la contratación a tiempo parcial riza el rizo: las primeras horas de cada trabajador tienden a ser más productivas, así que los contratos parciales son más productivos en términos de ganancia, además de más baratos en términos de salario real pagado.
Define «cosas chulísimas»
Las «cosas chulísimas» vienen bañadas con toneladas de propaganda sobre las supuestas reformas cantado un coro de loas sindicales, pero la realidad, cada día más distinta de las estadísticas, es un trenzado incoherente de ilusiones estadísticas, desempleo sin prestaciones y menores salarios hora.