Consciencia, organización y partido
La relación entre la consciencia de clase y la organización política, entre clase y Partido, es fundamental para cosas tan cotidianas como dirimir si los revolucionarios tienen que proponer consignas en una huelga o en una movilización social o no. Sin embargo, la tendencia a reducir la «cuestión del partido» a una suerte de «cristología» marxista salvando las dificultades con invocaciones a una «segunda venida» salvadora, hizo de esta parte esencial de la teoría marxista un fárrago.
Durante estos días hemos rescatado de la hemeroteca de la Izquierda Comunista Española algunos de los textos publicados entre 1973 y 1985 en los boletines en español («Alarma») y francés («Alarme»). Estos últimos -los cuatro finales del documento- estaban hasta ahora inéditos en español a pesar de ser especialmente claros e interesantes. Os sorprenderán la frescura y la cantidad de ideas y aportes.
El proletariado cuando no reacciona es sólo la fuerza mediante la cual el capitalismo se reproduce aprovechando la apatía general de su enemigo histórico. La clase obrera es entonces sólo un conglomerado amorfo de personas que se las arreglan lo mejor que pueden para sobrevivir en una sociedad insoportable, reproduciendo el ambiente de competencia y enemistad, el espíritu insano del capitalismo. En una palabra, no actúa como clase con intereses comunes frente a las alimañas capitalistas.
Otras veces, sin embargo, el proletariado actúa unido como una clase portadora del único devenir humano posible: el comunismo. Entonces dos tipos de sociedades pueden enfrentarse entre sí, una reaccionaria y otra revolucionaria. Entre estos dos estados de hecho y estos mismos hechos hay individuos que son revolucionarios independientemente del estado momentáneo en el que se encuentre la clase en su conjunto, sólo su número varía según la situación social. Son revolucionarios porque son conscientes de que su objetivo y el de la clase en su conjunto es el comunismo.
Estos individuos revolucionarios tienden a organizarse por afinidad de ideas, ideas que no caen del cielo sino que provienen de una interpretación particular de la historia de la lucha de clases. De cada confrontación entre el capital y el proletariado se aprenden lecciones, de las cuales nace la teoría revolucionaria y lo que la hace evolucionar. Por lo tanto, no es ni puede ser invariable, como creen algunos idiotas, difundiendo constantemente textos sagrados que obviamente no pueden existir. Pero, ¿qué es y cuál debe ser la actitud de los revolucionarios hacia el proletariado en su conjunto, del que a menudo sólo forman una pequeña parte?