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Compromiso Social de Oporto el programa precarizador de la UE

09/05/2021 | UE

La Cumbre Social de Oporto de la UE presenta, décadas después, el prometido programa del «pilar social». El «Compromiso Social de Oporto» se ha presentado con triunfalismo como un giro hacia el empleo y los trabajadores, una vuelta al discurso del bienestar que cerraría definitivamente la puerta a más precarización y «austeridad». Nada más lejos. Será su bandera.

La UE que llegó a la Cumbre Social de Oporto

Tras la firma del Compromiso Social de Oporto, los jefes de estado y primeros ministros mantuvieron una «reunión informal» del Consejo Europeo

La UE llegaba a la Cumbre Social de Oporto tras una serie de traspiés que de distintas maneras expresaban la crisis interminable de disgregación y confrontación entre sus miembros, pero también un nivel de incompetencia burocrática que no parece conocer techo.

Una cosa y otra se unen para dejar a la UE cada vez más esquinada en el gran juego imperialista y más retrasada en la competencia frente a EEUU y China. Desde Macron a los analistas de Wall Street y Londres dicen ya sin reparos que los fondos de recuperación son insuficientes y que llegarán tarde. Especialmente tras la aprobación de los de EEUU que de paso han dejado atrás a Europa en la carrera por el capital verde y obligado a Bruselas y Berlín a pisar el acelerador.

La prensa española se ha impuesto sordina y se ha centrado en lo anecdótico -especialmente en el sofá-gate y el espectáculo sádico de Lavrov con Borrell. Pero ni en las cancillerías ni en los medios de las grandes potencias pasó desapercibido que Biden dejó fuera a Bruselas, París y Berlín de la desactivación del último conato bélico entre Rusia y Ucrania.

Y sobre todo, lo que más ha mermado la credibilidad del mamotreto bruselense y los estados europeos entre sus competidores y aliados parece no tener arreglo: el fiasco de la compra centralizada de vacunas y el retraso en los ritmos de vacunación en comparación con Gran Bretaña y EEUU. A fin de cuentas, para una clase de gestores y financieros si hay algo imperdonable es ser timado en un contrato por no entender las cláusulas.

La vuelta de la cuestión social

Los tres objetivos 2030 del Compromiso Social de Oporto aprobado en la Cumbre Social

En ese contexto la Cumbre Social de Oporto con su cumbre informal del Consejo Europeo (los presidentes y primeros ministros) no solo era el momento álgido de la presidencia portuguesa, sino la oportunidad de recuperar terreno y cambiar el discurso firmando un Compromiso Social de Oporto que cambiara el eje del debate.

Von der Leyen, Michel y Sassoli, apoyados por los sindicatos, las patronales, Costa y los jefes de estado o gobierno de prácticamente toda la Unión, tenían que mostrar la diferencia europea. Lo hicieron con inusuales modos histríonicos y entusiasmo forzado. Y lo que salió no fue bonito. En su intervención de balance del Compromiso Social de Oporto Von der Leyen reclamó por ejemplo que los niños tuvieran acceso al menos a una comida al día. Sí, así está el nivel de aspiraciones.

El gran éxito según destacaron al unísono fue que por primera vez el llamado Compromiso Social de Oporto pone números y fecha, 2030, a unos objetivos sociales supuestamente ambiciosísimos en un documento con valor legal. Veamos hasta dónde llega:

  • Al menos el 78% de la población activa entre 20 y 64 años tendrá empleo
  • Al menos el 60% de los adultos deberá participar en cursos de formación continua cada año.
  • 15 millones de personas, de las cuales un tercio serán menores, dejarán de estar en riesgo de pobreza y exclusión social.

Reflexionemos un poco sobre los tres objetivos concretos del Compromiso Social de Oporto:

  • El 78% de tasa de empleo significa que, de cumplirse el objetivo social la tasa de desempleo de 2030 será menor del 22% en la media de la UE. Pero... la tasa de desempleo más alta de la historia de la UE se dio durante los confinamientos de 2020 y apenas pasó del 12%. ¿En qué horizonte están pensando para que el 22% de tasa desempleo en 2030 sea un logro?
  • Que el 60% de los trabajadores activos tenga que hacer al menos un curso de formación profesional al año quiere decir que están pensando en una movilidad de la fuerza de trabajo sin precedentes. Ni de lejos el 60% de las empresas cambia de equipamientos, tecnología o productos una vez al año. El nivel de precarización que justificaría un esfuerzo permanente de esa magnitud se acercaría al 70% de temporalidad. ¿Están dando por hecha una precarización acelerada durante los próximos años?
  • Mejorar la situación de 15 millones de los 92,4 millones de pobres que hay hoy en la UE no parece muy ambicioso, más cuando las cifras están aumentando mes a mes. Sobre todo si pensamos que el anterior objetivo, el del plan Europa 2020, ponía como meta sacar de la pobreza a 20 millones... y a pesar de la supuesta bonanza de la segunda mitad de la década no consiguió reducir los índices más que del 21,6% de la población en 2018 al 21,1% al estallar la pandemia.

O los escenarios 2030 de la UE y los estados son realmente apocalípticos, o el Compromiso Social de Oporto es una broma de mal gusto. Seguramente, ambas cosas.

La reforma laboral en el Compromiso Social de Oporto

Tras la firma del Compromiso Social de Oporto, los jefes de estado y primeros ministros mantuvieron una «reunión informal» del Consejo Europeo

Los documentos de esta cumbre y el mismo Compromiso Social de Oporto están escritos con el habitual lenguaje de Bruselas: frases interminables en el que los buenos deseos encubren las palabras clave. Por ejemplo, la reforma laboral se afirma en este párrafo de ejemplar estilo burocrático que compromete a las instituciones y gobiernos a:

Tomar medidas para mejorar el funcionamiento de los mercados laborales para que contribuyan al crecimiento económico sostenible, la competitividad internacional, fomentar condiciones de trabajo dignas y salarios justos para todos, y promover la integración de mujeres, jóvenes y categorías vulnerables en el mercado laboral;

Compromiso Social de Oporto

¿Necesita traducción?

  • Tomar medidas para mejorar el funcionamiento de los mercados laborales = impulsar una reforma laboral
  • para que contribuyan al crecimiento económico sostenible = baje los costes laborales totales (salarios, contribuciones empresariales a Seguridad Social, etc.)
  • la competitividad internacional = y así poder aumentar las exportaciones
  • fomentar condiciones de trabajo dignas y salarios justos para todos = fomentando la concentración de salarios en torno a un salario mínimo ligeramente elevado, acabando con los salarios medios
  • y promover la integración de mujeres, jóvenes y categorías vulnerables en el mercado laboral = sin olvidar rebajas de Seguridad Social y otros programas específicos para reducir los costes laborales de mujeres, jóvenes, discapacitados y migrantes para que sean competitivos con la fuerza de trabajo estándar.

Es decir, a lo que se comprometen es a impulsar una reforma laboral que baje los costes laborales totales (salarios, contribuciones empresariales a Seguridad Social, etc.) y así poder aumentar las exportaciones, fomentando la concentración de salarios en torno a un salario mínimo ligeramente elevado, sin olvidar rebajas de Seguridad Social y otros programas específicos para reducir los costes laborales de mujeres, jóvenes, discapacitados y migrantes para que sean competitivos con la fuerza de trabajo estándar.

Como objetivo social está claro. No hay sociedad anónima que no lo apoye.

El nuevo «Cuadro de Indicadores Sociales» del Compromiso Social de Oporto

La principal reivindicación de los sindicatos ha sido la inclusión de indicadores sociales en la evaluación de los resultados del Compromiso Social de Oporto

Ni los cacareados objetivos concretos del Compromiso Social de Oporto ni la inclusión de la reforma laboral han sido destacados por los medios en su cobertura de la Cumbre Social. Se ha celebrado sin embargo que las patronales y sindicatos europeos hayan acordado un conjunto de 14 indicadores de bienestar social, económico y medioambiental diseñadas para complementar el PIB y obtener una mejor representación de los resultados económicos de un país y su relación con el bienestar de sus ciudadanos.

La batalla por incorporar nuevos indicadores a los criterios de convergencia del euro y a los análisis de Bruselas no es nueva en absoluto. Históricamente los países del Sur -y especialmente la Grecia de Varoufakis durante la crisis de deuda de 2012- han insistido en la necesidad de ampliar los parámetros con los que los hombres de gris de Bruselas juzgan el desempeño de los gobiernos.

Por eso, el discurso sobre los nuevos indicadores hay que interpretarlo en la clave de batalla norte-sur dentro de la UE. El ampliar indicadores sería la forma de suavizar los llamados criterios de convergencia alrededor del euro a favor de los países del sur, que aspiran a poder justificar un cierto margen en sus niveles de endeudamiento e inflación. La razón de fondo está en que la moneda única no produce la convergencia de los capitales nacionales, sino todo lo contrario. Para igualar el PIB per capita francés y reducir el paro al mínimo, por ejemplo, España necesitaría un crecimiento acelerado que inevitablemente iría asociado a una tasa de inflación de más del 4% durante casi 30 años.

Pero atención, lo aprobado en el Compromiso Social de Oporto no significa que los indicadores del CES vayan a servir inmediatamente a los gobiernos para compensar desviaciones en los criterios de convergencia. Es solo un reconocimiento de estos indicadores como forma de evaluar el pilar social y limitado a él, no una reforma de las reglas del euro y las normas UE.

Leyendo el Compromiso Social de Oporto parece que en realidad, para lo que va a servir a corto plazo es para presionar aun más por la reforma laboral con bajada de costes sociales para empresas (pensiones) y precarización a manta para los trabajdores, que es de hecho lo que ya están haciendo en los planes nacionales de recuperación, azuzar para la reforma laboral y la de pensiones.

Confirmamos que, en el marco de una gobernanza económica y social de la UE, el Semestre Europeo y sus diferentes herramientas, como el Cuadro de Indicadores Sociales renovado, son el marco político adecuado para monitorear el progreso en la implementación del Pilar Europeo de Derechos Sociales y , sobre esta base, piden una evaluación periódica al más alto nivel político del progreso hacia los objetivos principales de 2030 y la convergencia al alza. Los recursos extraordinarios puestos a disposición para apoyar la recuperación de Europa son una oportunidad que no se puede desaprovechar para avanzar hacia una mejor implementación de las reformas necesarias a nivel nacional en consonancia con los principios y objetivos del pilar social.

Compromiso Social de Oporto

El Compromiso Social de Oporto no cambia el objetivo precarizador de la UE

El Compromiso Social de Oporto es un intento de vestir las necesidades de los capitales europeos, entrampados en una crisis profunda y de largo aliento, con unos mínimos tan mínimos que plantearlos como un horizonte para 2030 resulta apocalíptico

El objetivo precarizador de las políticas UE nace de la necesidad de aumentar competitividad y ganancias a corto de unos capitales nacionales entrampados en una crisis profunda y de largo aliento del capitalismo como un todo. El Compromiso Social de Oporto no es más que un intento de vestir los mismos objetivos precarizadores de siempre con unos mínimos tan mínimos que solo plantearlos como un horizonte para 2030 resulta apocalíptico.

Y sin embargo nos da una medida de los temores y perspectivas de las burguesías europeas. La verdadera confesión del Compromiso Social de Porto es su insistencia en la necesidad de reformar el mercado de trabajo para ganar competitividad en el mercado mundial. El Compromiso Social de Oporto, nueva bandera del modelo social europeo, no es más que el manifiesto del mayor ataque a las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores europeos de los últimos cincuenta años.