
«Je suis Prolétariat International» meme surgido en respuesta al «Je Suis Charlie» tras los primeros atentados de París.
Lo que la brutalidad del Estado Islámico muestra con crudeza es hasta qué punto es cierto el argumento de Rosa Luxemburgo según el cual hoy todo nuevo estado nacional por «antiimperialista» que se pretenda es necesariamente imperialista desde el primer día. Y el imperialismo es hoy, ante todo, destrucción en masa de las fuerzas productivas. La primera de ellas, los trabajadores mismos. Tensión permanente y universal a la guerra, desde Corea a México.
Los atentados de Nueva York, como hace unos días los de Mogadiscio y antes los de Kabul, Barcelona, Bruselas o París, no son otra cosa que capitalismo concentrado; un retrato apenas decorado por el tipismo religioso, del proyecto de las burguesías nacionales supuestamente «anti-imperialistas». Bárbaro y brutal como el de sus hermanos mayores occidentales; dedicado intensivamente a la producción de muerte… hasta cuando han destruido tanto conocimiento y capacidades productivas que no tienen otra tecnología a disposición que una furgoneta, un palo o un cuchillo.