1950 La guerra de Corea y la OTAN
Coincidiendo con el 70º aniversario de la OTAN, publicamos hoy en la Escuela de marxismo de Emancipación los análisis que nuestra corriente publicó hace ya medio siglo sobre la constitución de esta organización imperialista y la guerra de Corea que entonces comenzaba a enfrentar a los bloques ruso y estadounidense.
Como contamos en la página dedicada a resumir la trayectoria que lleva hasta la fundación de Emancipación, la Unión Obrera Internacional fue la organización que, alrededor de la sección española, agrupaba a los internacionalistas de la IVª que en distintos países (Francia, Vietnam, luego Italia y Alemania) se habían visto obligados a romper y denunciar la traición de la organización durante la guerra en su segundo congreso. La UOI se da a conocer con un Manifiesto en 1949. Sus textos más conocidos son los que publica Benjamin Péret entre el 20 de junio y el 4 de septiembre de 1952 en debate con los últimos grupos sindicalistas revolucionarios y que se convertirán luego en los primeros capítulos de «Los sindicatos contra la revolución». El grupo colapsará poco después, a principios de 1953, cuando el grupo español en el interior en pleno, caiga en una redada simultánea de la policía franquista en Madrid y Barcelona mientras distribuían propaganda clandestina analizando la huelga de tranvías del año anterior -durante la que la policía les había empezado a seguir y monitorizar. Los primeros miembros del grupo en volver a libertad no lo harán hasta finales de 1957. Reagrupados en París, se reconstituirán entonces como Fomento Obrero Revolucionario (FOR).
Poco se ha conservado del trabajo de la UOI durante esos tres años de transición. Algunas cosas se han recuperado gracias a la publicación de archivos de la «Association des amis de Benjamin Péret», otras gracias al legado de Ngô Văn. Recuperamos aquí, por primera vez en español desde su publicación original, algunos de esos textos. Uno de ellos tiene un valor especial, es una carta firmada por los dirigentes de la UOI. Que sepamos es el último documento oficial que contiene la firma de Esteban Bilbao -fundador del Partido Comunista Español y militante de primera fila de todas las expresiones de la izquierda comunista española- antes de su muerte en Biarritz en 1957.
De especial interés político es el análisis de la guerra de Corea, guerra que al final solo determinaría si
la explotación de las tres cuartas partes de los habitantes del mundo se medirá en dólares o rublos.(...) No hay otra razón para la conflagración. Truman y Stalin, símbolos de los dos bloques, preparan la guerra para la explotación de los pueblos y su paz no puede establecerse más que por un acuerdo sobre la distribución de dividendos y el reparto de zonas de influencia. Cualquiera que sea la solución que lleguen a Corea, siempre será a expensas de los coreanos y dejando la amenaza de la Tercera Guerra Mundial sobre nuestras cabezas.
Así fue y en la preparación de la guerra, la OTAN -o «Pacto Atlántico» como se le llamaba entonces, cuando se fundó- jugó un papel crucial. Papel que sigue jugando hoy. No han perdido ninguna actualidad las palabras de entonces.
El Pacto Atlántico es sólo una etapa en esta preparación para la guerra, al igual que los pactos que vinculan a los países del otro lado del telón de acero entre sí y con la URSS; no importa si esta etapa es en el campo americano o en el ruso: la misma masacre será el resultado lógico. Los dos bloques en presencia, la URSS y los EE.UU., son sólo formas diferentes del mismo sistema económico decadente; ambos explotan y oprimen a la clase obrera, cada uno a su manera. En consecuencia, la Unión Obrera Internacional denuncia el Pacto Atlántico y hace un llamamiento a la clase obrera francesa e internacional para que no se dejen engañar por el pseudopacifismo de los gobernantes para quienes, desde Truman hasta Stalin, y desde Spaak hasta Gottwald, la «paz» significa sólo el aplastamiento del adversario para obtener la dominación mundial y el monopolio de la explotación del proletariado.
Como tampoco sus consecuencias: entre Rusia y EEUU no hubo nunca una «lucha de sistemas». No era una alternativa histórica entre modos de producción. No era «socialismo contra democracia». Era un capitalismo contra otro.
La democracia y el socialismo se defienden mediante la revolución social, nunca por la guerra imperialista. Lejos de ser una causa de conflagración mundial, son la razón más urgente y profunda para rebelarse de igual forma contra Moscú y Washington, empezando por donde se pueda. Nada, nadie, ningún Estado, ninguna legislación represiva, ningún aparato stalinista o yanqui, ninguna ocupación norteamericana o rusa, impedirá que esta verdad encuentre su camino y, finalmente, ponga en movimiento a los pueblos por encima y en contra de sus respectivos gobiernos. La democracia y el socialismo exigen, no la victoria de Moscú sobre Washington o la victoria de Washington sobre Moscú, sino la de los miserables del mundo unidos fraternalmente, sobre el capitalismo ruso-americano. Ninguna otra lucha vale la pena, ninguna otra generará un entusiasmo profundo y espontáneo. Moscú y Washington sólo tendrán soldados a través de la cretinización intelectual que produce bestias fanáticas, o a través de la coerción terrorista que produce esclavos. Por otro lado, tan pronto como se muestre la oportunidad, decenas de millones de hombres blancos, negros y amarillos se levantarán contra la guerra y el capitalismo con el ímpetu y la sinceridad de quienes defienden su causa y la del Hombre de mañana.
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Lee y descarga
- «Textos de la Unión Obrera Internacional» (1950)
- Este y otros textos de nuestra corriente desde los años 20 hasta 1993 en formato PDF y markdown editable
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